Columna
de Luis Tomás Izaguirre
Más allá de la Unidad
La Unidad no puede ser un slogan, ni
un principio de interpretación crematística. La Unidad debe ser un principio
político y moral cuyo primer objetivo en los actuales momentos es Venezuela. La
fractura o el rompimiento de la Unidad en la actual situación país, pudo haber
traído graves consecuencias para los venezolanos, pero hasta los momentos,
salvo contadas excepciones como Falcón, Bertucci y algún otro candidato presidencial
, que dicho sea de paso nunca han sido parte del movimiento Unidad, ha existido
un sentimiento unitario en pro de Venezuela y de los venezolanos el cual se ha vio
reflejado en las últimas reuniones
positivas efectuadas entre las organizaciones políticas, la CEV, AVERU,
Fedecámaras y otras instituciones junto a personalidades como el SJ. Padre Ugalde y el rector de la UCAB SJ.
Fco. José Virtuoso entre otras personalidades de la sociedad civil organizada,
que acordaron en defensa de la democracia venezolana no presentar candidatura y
no participar en las bochornosas elecciones del 22 de abril del presente.
Ese reflejo unitario, por lo demás
principista, trajo y traerá nuevamente un sentimiento de lucha en contra del
régimen totalitario de Nicolás cuya vulnerabilidad es evidente, por la carencia
de solvencia jurídica y política tanto nacional como internacionalmente, que se
ha visto reflejada por el apoyo unánime del mundo democrático internacional el
cual ha visto con agrado y ha aceptado la posición principista por parte de la Oposición
venezolana a los cuales ellos han apoyado.
El Oficialismo ante el evidente y
manifiesto rechazo de los ciudadanos a la participación electoral en las
condiciones actuales y observando que la Unidad ha comprendido el deseo de los
ciudadanos, pretende quebrar la Unidad de la Oposición intentado que los
partidos ¨pisen el palito¨ y acudan a un llamado a elecciones en el mes de mayo,
mostrándole el caramelo de elecciones conjuntas Presidenciales, Diputados
Regionales y Concejales Municipales, pero sin aceptar ninguno de los pedimentos
que realizó la Oposición en RD. En esa desesperación, el oficialismo a
sabiendas que la presión de la Oposición es fuerte y con asidero moral y
jurídico, busca con medidas populistas doblegar la voluntad popular.
Evidentemente los venezolanos
aspiramos que nuestro sentimiento moral y político que supieron interpretar los
partidos políticos y la Sociedad civil se mantenga incólume y contra viento y
marea ante cualquier pretensión perversa y engañosa del Oficialismo.
¡Por una Venezuela libre y de los
venezolanos…manos a la obra!

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