Columna
de Héctor Agüero
No hay vuelta atrás
El conflicto en el bando
opositor, aumenta cada día y adquiere un tono tragicómico.
Si retrocedemos al escenario pre-guarimbas de 2017, lo que abundaba era el ruido mediático derechista, repitiendo como un mantra las consignas de exigirle al régimen, ¡elecciones ya! Vivían la borrachera electoral de 2015 la cual, les duró el tiempo de un suspiro.
Se movían como ahora, en un estrecho margen de autonomía ya que, importa más el dictamen de las potencias industriales que, las opiniones de la cúpula derechista local. Es la tragedia de los grupos, que se venden al mejor postor y se enredan en su propio laberinto.
Ocurre lo mismo con sus
aliados del llamado grupo de Lima, integrado por ex presidentes, quienes sólo
obedecen al poder imperial que, tiene la pretensión de restaurar la
"democracia" en América Latina, pero, curiosamente enfilan sus
baterías contra Venezuela. Sufren de amnesia, cuando se les menciona
al gobierno golpista de Temer en Brasil, al impacto terrible de la droga
en Colombia y al México, de la violencia inaudita y de los cárteles, para
apenas mencionar tres países convulsionados en nuestro continente. Este grupo
de ex mandatarios, convoca a una reunión en Lima, para hablar de libertad y
cuando el presidente Maduro, anuncia que asistirá a la capital
peruana, pegan el grito al cielo y le niegan el derecho de asistir. Qué
ironía. La oposición venezolana en su conjunto, no ha estado a la altura del
momento histórico que, durante dos décadas ha transformado a la nación con
beneficios a vastos sectores de la población.
Nos muestran sus
incoherencias y falta de amor patrio, cuando recorren las capitales del mundo,
exigiéndole a los gobiernos que no le vendan alimentos ni medicinas a
Venezuela, para al mismo tiempo conminar al gobierno revolucionario que,
“acepte la ayuda humanitaria" de los países afectos a sus mezquinos
intereses.
Verdaderamente que son
apátridas, con muchas ambiciones personales y sin ningún proyecto político
creíble. Lo han demostrado a lo largo de estos años, con incesantes
rivalidades y bochornosos espectáculos que exhiben su catadura moral.
Son herederos del bipartidismo el cual, asoló durante cuarenta años al país .Sus compromisos y ataduras con el capital foráneo y vernáculo, le impedían cumplir con el pueblo y en cierta manera, estafaron a una Nación, que había puesto en ellos sus esperanzas.
Hoy al igual que ayer, la derecha intenta transitar por el camino tortuoso de la asonada y sin pudor alguno, ya no hablan de libertad ni de democracia. Son veletas que se mueven al compás del viento y están atrapados en sus contradicciones. No hay vuelta atrás.

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