Columna de Eduardo Fernández
SUERTE
Hoy debe estar comenzando el diálogo
entre el Gobierno y algunos sectores de la oposición en República Dominicana.
Ojalá ese diálogo tenga éxito. Los venezolanos tendríamos que agradecerlo.
Venezuela está atravesando una crisis
sin precedentes. Es lo que he llamado una “Pentacrisis”. Es decir, una crisis
que tiene, por lo menos, cinco lados. Es una crisis política. La estructura
institucional del país ha colapsado. Se requiere re-construir el Estado
democrático, restablecer el principio de la primacía de la Constitución y
garantizar el respeto a los derechos consagrados en el texto constitucional.
Hay una pavorosa crisis económica. La
economía venezolana está aquejada de las dos peores enfermedades que puede
tener una economía: inflación y recesión. La solución de los problemas
económicos de Venezuela pasa por lograr un gran acuerdo nacional que permita
tomar las medidas que son necesarias.
Existe también una gravísima crisis
social. Esa crisis se manifiesta en el hambre, el desabastecimiento de alimentos
y medicinas, y el crecimiento sostenido de la pobreza y de las enfermedades.
Tenemos derecho a esperar que nuestros líderes, tanto del Gobierno como de la
oposición, promuevan los acuerdos necesarios para resolver la profunda crisis
humanitaria que está sufriendo el pueblo venezolano.
Existe una cuarta manifestación de la
crisis que se expresa en la catástrofe educativa que existe en el país. El
futuro pertenece a los países que logren ganar la batalla de la educación, de
la ciencia, de la tecnología, de la informática, de la cultura en general. Al
paso que vamos, Venezuela se está distanciando cada vez más de estar en
condiciones de ganar esa batalla.
Por último, Venezuela está sumergida en
una profunda crisis moral. La corrupción ha permeado todos los sectores de la
vida nacional. Se requiere un inmenso esfuerzo de reequipamiento moral en el
país.
Siempre he sido partidario del diálogo.
Por supuesto, de un diálogo serio y responsable. De un diálogo inspirado por la
comprensión de la magnitud de la crisis y por la conciencia del sufrimiento que
treinta millones de venezolanos estamos padeciendo por los errores de nuestro
liderazgo.
Ojalá el diálogo en Santo Domingo
produzca resultados positivos para resolver la crisis nacional. Les deseamos
suerte a nuestros negociadores. Seguiremos conversando.
Seguiremos conversando
@EFernandezVE

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