Columna de Eduardo Fernández
La propuesta socialcristiana
Los valores
del humanismo cristiano tienen hoy día más vigencia que nunca antes. Esta
afirmación vale para enfrentar los problemas de Venezuela y también para buscarles
solución a los problemas del mundo entero.
La propuesta
socialcristiana parte de un concepto fundamental: los derechos de las personas,
de cada una de las personas son anteriores y superiores al Estado. El Estado
existe para servir a las personas y no al revés.
El marxismo
pretende que las personas estén al servicio del Estado, de la revolución, del
partido. El capitalismo, por su parte, pretende que la persona está subordinada
al capital, a los intereses económicos.
Para la
democracia cristiana, nada es más importante que la persona, que cada una de
las personas y que el conjunto de
las
personas. Tanto el Estado como la economía tienen que estar al servicio de la
persona, del conjunto de las personas.
Nuestra
tarea básica como socialcristianos es contribuir a la construcción de un nuevo
orden social fundado en la justicia y en la solidaridad. Por eso, cuando vemos
a miles de venezolanos sometidos a la humillación de tener que hacer largas
colas para tratar de conseguir alimentos y medicinas, sentimos que allí está
planteada la necesidad de una respuesta inspirada en los valores del humanismo
cristiano que ponga la dignidad de cada ser humano y la satisfacción de sus
necesidades más fundamentales en el centro de la acción del Estado. La tesis
socialcristiana es la de construir una sociedad de hombres libres y dignos que
vivan en un ambiente de justicia social y de solidaridad.
No es el
hombre para la autoridad o para el capital; es la autoridad y el capital para
el hombre.
La historia
de Venezuela es una larga y dolorosa lucha por conquistar el derecho a vivir en
democracia. El socialcristianismo postula para Venezuela y para el mundo entero
la necesidad de vivir en libertad, en democracia, en un Estado de derecho, en
el que todos seamos iguales frente a la ley y todo esto, con justicia social y
con desarrollo económico.
Después del
horror de la guerra mundial, la democracia cristiana representada por líderes
formidables como Konrad Adenauer en Alemania, Alcides de Gásperi en Italia y
Robert Schumann en Francia fueron capaces de reconstruir a Europa con
democracia, con desarrollo económico y con justicia social.
Son
precisamente esos tres valores los que más falta nos está haciendo a los
venezolanos de este tiempo: más y mejor democracia política, más y mejor
desarrollo económico y más y mejor justicia social.
Seguiremos
conversando
@EFernandezVE

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