Columna
de Rafael Rodríguez Olmos
Ganamos…
pero, y si perdemos
Unos camaradas cuya condición de revolucionarios jamás
pondría en duda, están convencidos de que debemos perder las elecciones. “Es la
única forma –aseguran- de que el gobierno y el Psuv pierdan la soberbia y miren
hacia el pueblo y la necesidad de asumir el protagonismo que le corresponde”.
Ese tipo de razonamiento siempre me ha parecido peligroso,
aunque no deja de ser tentador, ante un gobierno y un partido cuya
característica es la soberbia, la prepotencia y la carencia total de visión
política –al menos desde el punto de vista marxista- para conducir el proceso.
En lo personal
pienso que siempre debemos ganar, solo que, en este contexto debemos
ganar cortico, es decir, por un margen de ventaja de un diputado. Una victoria
así de ajustada, en mi opinión no pone en peligro el proceso, que siempre lo
está, pero sí obliga a la dirigencia a preguntarse qué está ocurriendo y para
qué lado no hemos mirando que tenemos estos resultados.
Visto desde el ángulo que sea, sería una catástrofe perder
las elecciones. No podemos darnos el lujo de que le quiten al pueblo lo que ha
obtenido con tanto sacrificio a lo largo de 15 años, sobre todo el más
importante de los elementos, que en este caso es intangible, como es la
esperanza de que el mañana sea distinto.
Y al mismo tiempo, esa propuesta de los camaradas, mira en
el camino de la violencia en cualquiera de sus dos versiones, o que el pueblo
se arreche y se tire a la calle, lo que sería muy confuso porque una respuesta
del gobierno sería la represión; o la acción de un sector de la oposición, a la
que siempre han jugado, solo que está vez aliados a paramilitares y asesinos,
cosa extremadamente peligrosa.
He dicho infinidades de veces, y lo sostengo, que no
tenemos política comunicacional. Hay muchas razones para decirlo, pero Chávez
lo dijo reiteradamente y es obvio que nadie le hizo caso. Es tan clave esa
política comunicacional en estos momentos. Pero si nuestros comunicólogos está
analizando los mensajes y sobre todo las redes sociales, estarán viendo de qué
calibre es la campaña en contra del proceso, y que nivel de desprecio hay
contra nuestra dirigencia, desde el presidente Maduro para abajo. Y también,
veladamente, se llama a una desobediencia el día de las elecciones, incluyendo
la participación de paramilitares en actos de violencia y de sabotaje. Lo que
quiere decir que si la victoria es cortica, llevará a la oposición a desconocer
los resultados, generando las excusas para la violencia.
Este discurso fofo de la oposición tiene varias vertientes:
por un lado, aseguran que ganarán las elecciones que es el primer argumento
para cuando sean derrotados, decir que los robaron. Si estuvieran tan seguros
del triunfo, entonces firmarían el acuerdo de respeto a los resultados. Pero
por otro lado, tienen una sostenida campaña contra la rectora del coso
electoral Tibisay Lucena, no contra el CNE, que sería el argumento posterior
para decir que los comicios fueron montados por el gobierno. Y un tercer elemento,
mucho más peligroso, es la aceptación soterrada de que sectores vandálicos
acompañados de paramilitares se lancen a la calle a incendiar el país.
Ponga el ángulo que quiera y verá que las elecciones del 6D
serán complicadas. Porque incluso no se ha tomado en cuenta un factor que es
posible: la derrota del chavismo. Y allí debemos preguntarnos si realmente
estamos preparados para perder. Una militancia que en 15 años ha tenido una
sola derrota, está listo para que le digan que ya no podrá ir a la Asamblea a
exponer sus problemas porque no habrá nadie que lo escuche.
En todo este marasmo, los medios de comunicación juegan un
papel crucial. Nuestros medios deberían jugar el mismo papel y no dejarle todo
al twiter de Maduro porque a diferencia de Chávez, Maduro no es un medio de
comunicación. Bastantes errores comete ya desde el punto de vista
comunicacional sin que nadie le diga nada. Las redes sociales, son un medio de
comunicación, puede que el más complicado de todos, porque es inmediata.
En mis propios sondeos, soy un convencido de que el
electorado opositor está absolutamente consciente de que su liderazgo es
incompetente, para no decir estúpidos, retrasados, mediocres, ignorantes,
apátridas y pare de contar. Pero ya lo he dicho, su problema es acabar con el
chavismo. Por ello, puede estar como candidato un sociópata como José Pérez
Venta, que asesina, viola y descuartiza
mujeres, pero con tal de salir de Maduro, cualquier opción es válida para
ellos, para ese electorado opositor. Así que poco le importa el liderazgo y sus
capacidades para dirigir el país o ser un parlamentario, votarán porque
significa derrotar al chavismo.
Necesitamos una estrategia comunicacional. Y esta debe ir
más allá de los twiter de la dirigencia del gobierno, es una política
comunicacional donde lo primero que hagamos sea cambiar la imagen de la
fastidiosísima Venezolana de Televisión, canal que en 15 años no ha dado pie
con bola a pesar de los cientos de periodistas y la monstruosa cantidad de
recursos.
Es decir, es vital utilizar los medios de comunicación, los
cientos de medios de comunicación que están en manos del gobierno y de entes
del gobierno que se dicen chavistas, para ponerlos en función de unos comicios
que están difíciles, extremadamente complicados, que en mi opinión ganaremos…
pero pudiéramos perder.
Caminito
de hormigas…
En la
MUD están muy preocupados porque no llegan los
dólares de las ong gringas para financiar la campaña y los empresarios no
quieren aflojar porque unos dicen que serán derrotados y otros están haciendo
excelentes negocios con el gobierno… Tremendo
negocio el de los directores de escuela en Carabobo que reciben 1.500 comidas
para los niños, pero solo entregan 350, las demás las venden… María
Corina insiste en tender puentes hacia Henry Falcón. Éste no quiere
acercamientos con ella, aunque la bypasea…
Hoy día, hoy, ahoritica mismito, un sargento segundo de la Fanb
se mete 100 palos diarios, lea bien DIARIOS, en la alcabala del Táchira para
dejar pasar gasolina, lubricantes y todo lo demás. Cuánto se meterá un general,
un coronel, cuánto. Con razón todos quieren estar allí…

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