Columna
de Rafael Rodríguez Olmos
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por el principio
Es
posible que el problema más complejo de este proceso, sea el de la conciencia.
Pero la conciencia no es posible sin la formación. Y la formación solo es
producto del estudio y la lectura permanente, acompañada de una buena dosis de
militancia. Es decir, un quehacer en algo, una participación en algo, el
contacto más estrecho con los sectores más empobrecidos y con más problemas de
una sociedad. Y con una buena dosis de inducción política, probablemente
tuviéramos una población que entendiera el problema.
Vengo
diciendo desde hace años que esto se va a complicar y que se nos harán las
cosas más difíciles. Ya lo estamos viviendo, pero los líderes del gobierno
deberían decirnos que se complicarán aún más. No es nuevo lo que nos ocurre.
Ocurrió en la Cuarta República cuando los gobiernos no hacían las cosas que los
empresarios decidían, venía de inmediato el desabastecimiento o la botadera de
los alimentos en el más criminal de los actos, para forzar a un alza de los
precios. Y son los mismos empresarios que en este proceso político no solo
están haciendo eso, sino que hacen cosas peores porque tienen como objetivo
acabar con el gobierno, o sea con el proceso, o sea con el liderazgo. Bastante he
dicho que habrá asesinatos masivos. Y solo basta con ver las redes sociales
para entender que será así.
Es por
ello que en esta coyuntura concreta, había que diseñar una estrategia para
trabajar con eso que se llama la Clase Media, cuya redefinición deberá hacerse
en algún momento, porque aunque no forman parte del proceso productivo, ya
sabemos que el capital imperante es el financiero y que poco le importa la
producción de alimentos o la agricultura, sino la especulación. Ese capital
financiero es el ser supremo ahora, y resulta que la clase media -pequeña
burguesía la llamaba Lenin-, juega un papel preponderante en esta nueva acción
del liberalismo.
Porqué
es menester una estrategia en esa clase media, porque por el manejo de las
cuotas de poderes que les da dinámica cotidiana, se asumen como amos o
propietarios de los procesos. Pierden el elemento más importante como es
entender que son asalariados en tanto no tener ninguna propiedad sino estar al
servicio de quien detenta la propiedad. Cómo se les explica que pueden ganar 80
mil al mes y tener un bono y una serie de prerrogativas que lo acercan al
“estado ideal de la felicidad”; pero que al perder esos privilegios, es decir,
al ser despedido, entra en la condición de simple ciudadano y por tanto sometido
a la condición de cualquier mortal.
Así
que además de opositores torpes, y terroristas, el gobierno tiene dos enemigos
más: una pequeña burguesía a la que se le obligó a hacer colas para comprar una
toalla sanitaria y un tubo de pasta de diente; y una pequeña burguesía que
dirige los estamentos del Estado, se dice chavista y revolucionaria, pero su
accionar burocrático va en contra de todo aquello que suene a revolución, y
mucho menos a pueblo. Por ello, firmar contra Chávez no era un problema de segregación,
sino un problema de clase que claramente se expresa ahora cuando al frente del
Estado, esa clase media no entiende la complicación, en el caso de los que
están con el proceso. Porque además sabemos que la mayoría de los que están en
los cargos del Estado, no creen en el proceso.
Es
allí donde la tarea es crucial, porque al no tener conciencia de clase, esa
clase media que dirige el Estado, no entiende el problema. No entiende para
comenzar que el problema es la lucha de clases y que es la esencia de todo, que
inevitablemente se expresa en eso que llamamos dos sistemas políticos
enfrentados: capitalismo contra socialismo. Uno cree en el hombre, el otro cree
en el mercado.
¿Por
qué Venezuela es tan importante dentro de esta polémica? Simple, tiene el 27%
de las reservas petroleras del mundo. Súmele a eso que al país más poderoso del
mundo, Estados Unidos, solo le quedan 25
años de petróleo, y tiene la ecuación completa. Porqué nada de lo que ocurre en
Venezuela, está ocurriendo en otras naciones como Rumania, Polonia, Costa Rica
o Uruguay, simple, porque no hay petróleo.
En
todo este complejísimo proceso, del que he tocado apenas una partecita, la
clase media juega un papel importante, clave; y era necesario hacer una especie
de pacto con ella, pero dentro de un proceso de transición por el que una parte
de ese sector social iniciara una formación y una observación que la orientaran
hacia la verdadera necesidad política de concientizar y tributar en favor de
las necesidades reales del más golpeado de los grupos sociales, y el
mayoritario: el pueblo.
Y
dentro de ese proceso concientizador, aprender que el problema no es darle un
plato de comida a la gente, sino que resuelva sus problemas cotidianos para que
algún día dejen de ser problemas. Que no pasen cinco días sin luz, que le
recojan la basura todos los días, que nunca le corten el agua, que la escuelas
de sus hijos esté en optimas condiciones, que no tenga crisis de transporte,
que les pongan líneas telefónicas; y sobre todo, que las mismas cosas que le
dan a la clase media, sea también para ellos.
Y es
una tarea de esa clase media que está en el gobierno y supuestamente chavista,
caminar en la solución de los problemas de los más necesitados, pero no lo hará
porque no entiende que es la vía correcta para transitar en la construcción del
socialismo, por lo menos en la construcción de una verdadera justicia social.
No hay
forma de entender si no se estudia y si no se va a los hechos y las escenas
reales donde esos hechos se producen. Y ese es el punto de partida para poder
comprender la complejidad de lo que estamos viviendo. Pero una cosa es clara.
Si no comenzamos desde el principio, el final pareciera estar cerca.

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