Columna de Eddo Polesel
La transición está madurando
Las circunstancias muy difíciles a nivel mundial, por
lo complicado del cuadro político religioso y dramáticas, por la existencia de
peligrosos conflictos en los países africanos y del medio oriente ha estado
causando elevadas pérdidas de vidas humanas, ha venido generando un proceso
migratorio de dimensiones indefinibles que impacta a todos los países europeos
y la más peligrosa, es la confrontación causada por el surgimiento del Califato
Islámico (ISIS) que pretende, con la destrucción de la civilización occidental,
retrotraernos a un inaceptable estado feudal. Todo ello no pueden desviarnos de
nuestros graves problemas y menos llegar al extremo de perder las esperanzas y
la voluntad de luchar e -insistimos- que la vía es por medio de una TRANSICIÓN que conduzca hacia la
recuperación progresiva de los valores morales y materiales del país
profundamente dañados por una inevitable confrontación a causa por la
imposición de un estatismo y de un desenfrenado populismo que ha hecho de la
corrupción una forma de desgobernar el país.
En la Venezuela actual, si aún no hemos llegado a la confrontación religiosa -no pueden negarnos- que tenemos todas las demás con el agravante que también debemos recordar, lo que dijo el fracasado golpista de febrero 1992 cuando en 1994 juro a Fidel Castro que al llegar al poder llevaría a los venezolanos al mar de la “felicidad” que venían “disfrutando” los cubanos. Promesa que, desafortunadamente, por obra y desgracia de la “magnifica” revolución bolivariana que hundió en el mar de la infelicidad por obra y desgracia de los venezolanos y como premio, al que quiso implantar el socialismo del siglo XXI, una vez que paso a mejor vida fue, por sus mandantes, seguidores, adulantes y beneficiados “consagrado” como el -Comandante Eterno- como si eterna debería llegar a ser la crisis sistémica que nos dejó con el agravante de haber dilapidado una inmensa fortuna que nos llevó a la peor crisis de la historia patria; y cabe la pregunta que debería ser un emplazamiento, donde han ido a parar todos estos reales, a los cuales hay que agregar lo que ingresaron por el endeudamiento externo garantizado con la entrega a futuro de petróleo que es la mayor hipoteca que grava sobre las futuras generaciones. Debemos aceptar que de esta gravísima situación saldremos solo con la recuperación moral y material del país con base a los Valores Patrios que nos han legado los fundadores de la nacionalidad que, estos improvisados gobernantes, han pretendido destruir cuyos aspectos más críticos sintetizada a continuación: 1.- La soberanía nacional. Venezuela era un país que ocasión de situaciones conflictivas a nivel externos había mantenido una neutralidad relativa pero con una acción diplomática activas en defensa de nuestros intereses como lo demostramos, entre otros casos, con la nacionalización del petróleo y la defensa de nuestro territorio con una especial atención a los problemas limítrofes. 2.- El patrimonio nacional público y privado. Teníamos una de la mejores infraestructura vial y aéreo portuaria de la Latinoamérica. Un sector productivo manufacturero privado que llegamos exportar más del quince por ciento del total de las exportaciones del país. En algunos productos y sectores como la carne de res casi cubríamos el consumo nacional: llegamos exportar arroz, azúcar moscabada y cacao. 3.- El sistema de los tres niveles. Habíamos llegado a tener un sistema educativo primario con una alta escolaridad con programas de asistencia a la alimentación, en el secundario con alto niveles de preparación y con universidades públicas y privadas con pensum de alta calidad. 4.- La salubridad pública. La salud de la población estaba apoyada por sistema de salubridad pública que mantenía bajo control las epidemias y las enfermedades infecciosas, con una asistencia pública a la salud aceptable. 5.- Un sistema económico: Aun cuando veníamos sufriendo crisis coyunturales, los entes económicos tenían canales de comunicación con el gobierno. 6.- El sistema jurídico: Aun cuando regia el principio de la autonomía e independencia de los Poderes del Estado, que no siempre se respetaba, la mayor traba consistía en la lentitud de los procesos 7.- Un sistema de seguridad pública: Existía un cierto orden dentro de las diversas estructuras de los cuerpos de seguridad del Estado y una relativa seguridad ciudadana. 8.- Las Fuerzas Armadas: En la práctica las promociones requerían la aprobación del Congreso cuyo principal criterio era la selección de los mejores. 9.- La paz social: En la Venezuela del periodo democrático (1959-1999) existía la paz social, rota en casos frecuentes por los incumplimiento del sector público o empresas del Estado con sus empleados y trabajadores; mientras que son contadas las huelgas en el sector privado. 10.- La Paz Nacional. En Venezuela existía la paz en el país porque había convivencia política y manteníamos buenas relaciones con los gobiernos de los países confinantes.
Desde luego lo anterior no tiene la pretensión de ser exhaustivo; tampoco que durante el citado periodo democrático todo era perfecto porque si hubiese existido no estaríamos donde estamos, pero si reiterar que el sistema democrático, con gobiernos alternativos, es el único que hace posible, mediante los ajustes sistematizados de los mecanismos institucionales, resultado de una interrelación de una sociedad organizada y frente al cuadro actual llegamos a primera conclusión: la PARTICIPACIÓN con el diálogo social de las organizaciones sociales más representativas, complementa la función de las organizaciones políticas y coadyuvan a mantener las estabilidad de la democracia.
El deplorable Estado de la Nación está reflejado, entre otros, en los siguientes aspectos. El desabastecimiento de alimentos está empeorando. La crisis hospitalaria y la falta de medicamentos esenciales están destruyendo la salud del venezolano. La falta de insumos y repuestos mantiene paralizando una parte del país. La evidente falta de una actitud ejemplar de los Órganos del Poder Público para combatir el fenómeno de la corrupción, el tráfico de influencia y la sustracción de dinero público. El incremento de los índices de homicidios que ahora castiga también a los funcionarios de los órganos de seguridad, que el propio Estado, no está en condiciones de garantizarles sus vidas. El evidente debilitamiento de las fronteras que se han hecho más vulnerables por los desequilibrios en nuestra economía, no podrá resolverse con el mecanismo del Estado Excepción y continuaran siendo fuentes de contrapuesto intereses y de conflictos.
Frente a ese cuadro es obligante -voltear página; abandonar el conformismo, la pasividad y la apatía reaccionando con base los mecanismos Constitucionales porque es la única forma de recobrar la paz de la Nación base fundamental de la convivencia pacífica.

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