Columna de Rafael Rodríguez Olmos
Optimismo
o pesimismo
A
propósito de las primarias del Psuv y de las postulaciones que se hicieron
ayer, conversé con un amigo y además camarada, quien a pesar de tener formación
política y trabajar enconadamente por el proceso, tiene una especie de bajón
con respecto a la contienda para la Asamblea Nacional. “He perdido hasta el
sueño por la incertidumbre que se cierne sobre nuestro futuro. La gente cree
que esto es un juego. Creo que los dirigentes del partido están confiando en
algo que no es real. Te confieso que no soy optimista”, “optimista” hubiera
dicho Cantinflas.
Yo
supongo que nuestra dirigencia estará haciendo análisis para tratar de entender
por qué hay un muy alto porcentaje de comprometidos con el proceso que están
viendo en peligro el triunfo de las parlamentarias. Incluso de muchos chavistas
cuyo único compromiso se circunscribe a acudir a votar en las elecciones, pero
sin asumir la obligación de moverse a convocar el voto. “Voy a votar por
nuestros camaradas, por Chávez, por más nada porque esto se volvió un
desastre”, me comentó otro, que en los principios de este proceso era un
comprometido de alma y corazón. Hoy, solo se limita trabajar en un hospital y
regresar a su casa a ver televisión y dormir para levantarse al día siguiente.
Basta
estar en la calle o encontrarse en una de las escasas reuniones que hoy se
hacen (antes eran por cientos en cualquier parte) para evidenciar que una
realidad está presionando la visión de esos compañeros. Y la está presionando
con mucha fuerza.
El tío
Miguel decía que frente al enemigo no debería haber sorpresa “porque
simplemente no se descuida nunca. Siempre tiene que adivinar por dónde viene
porque ellos nunca van a descansar y le pisarán los talones. Cuando usted lo derrotó
una vez, de inmediato tiene que diseñar la estrategia para saber cuál ataque
vendrá después. Y esa será la batalla permanente hasta que se logre la utopía,
para lo que se necesitan siglos, si es que se puede alcanzar”.
Llevo
varios meses diciendo, dentro de mi análisis, que el chavismo no vota por la
oposición, pero que su alto nivel de descontento lo llevará a la abstención.
Pues el gobierno tiene cifras en este momento que ubican esa abstención
chavista en un 35%. Y entonces como dice mi camarada “la gente cree que eso es
un juego”.
Y
viene la pregunta obligada. ¿Cómo es posible que si llegamos a 700 mil
viviendas entregadas, casi tres millones de pensionados, un tercio de la
población va a la escuela que incluye a los estudiantes universitarios, más de
la mitad de esa población tiene canaimitas, las obras de infraestructura se
mantiene en crecimiento; 18 millones de venezolanos se movilizaron por todo el
país en Semana Santa y ninguno debió tener menos de 30 palos en el bolsillo; la
atención médica hospitalaria ha mejorado ostensiblemente, cientos de miles de
toneladas de asfalto están resolviendo el grave problema de la vialidad, por
primera vez tenemos un ministro de trasporte que entiende el problema, nada de
eso se entienda? Más de medio millón de venezolanos ya son egresados de
universidades creadas por Chávez, miles de autobuses Yutong comienzan a
apropiarse de las avenidas venezolanas con un nuevo sistema de transporte; a
pesar del sabotaje es la primeva vez en Venezuela que los venezolanos no se
acuestan sin comer porque el Estado se encarga de que siempre le llegue aunque
sea lo esencial. ¿Por qué la decepción entonces?
Creo
que el problema fundamental reside en la ausencia de estrategia comunicacional.
A pesar de los pesares, y por tanto tiempo, no hemos podido llevar la
información al pueblo. No solo esa información cotidiana, sino una información
que tenga una carga de formación política, de orientación.
Los
estudios nos dicen que los seres humanos somos inmediatos. Es decir, no solo
tienen que decirme todos los días las cosas, sino recalcarlas de manera
permanente. Debería ser el primer elemento a tomar en cuenta para el diseño de
una estrategia comunicacional. El chamo que tenía 10 años en 1998, hoy tiene
25. Ese chamo va a votar. Imaginen un chamo de la clase media que lleva 15 años
recibiendo ese bombardeo ideológico no sólo mediático, sino de la familia, la
iglesia, la escuela, todos aparatos ideológicos del Estado al decir de
Althuser.
¿Por
qué a pesar de tantos medios de comunicación, no le llegamos a la gente? ¿Por
qué la gente capta más el “no tenemos papel toalet pero tenemos patria”? ¿No
sabía el gobierno que esta guarimba económica no solo vendría, sino que será
más fuerte en los meses venideros? ¿Por qué con tantos medios de comunicación
en nuestro poder, no hemos podido revertir la tendencia a la apatía? A veces me
pregunto si es que no estoy viendo las cosas equivocadamente, pero no puede ser
que tantos tengamos una visión peligrosa a futuro de los aconteceres.
El
triunfo en la cumbre, nos dejó el sabor como de seguir festejando. Si es así,
craso error. Deberíamos repetirnos todos los días que el enemigo no duerme. En
consecuencia, y ante la coyuntura, creo que debemos trabajar en cuatro
vertientes, con más fuerza que nunca: 1) Es urgente y necesaria una estrategia
comunicacional. Ojo, comunicacional no es mediática únicamente. 2) Estimular
los mecanismos de participación colectiva más allá del aparato del partido. Que
no sean un apéndice sino estructuras
propias. Aprender de Chávez cuando dijo “me resteo con el pueblo”. 3) Darle con
todo a la corrupción, sin contemplación y sin miramientos, incluyendo cárceles
y escarnio público y 4) Se hace estrictamente necesario que no solo se estimule
el proceso industrial, sino que se retome el campo como única posibilidad de
tener la tan anhelada suficiencia alimentaria.
Si
queremos ganar las elecciones de la Asamblea Nacional, es imperioso entender
que se deben cambiar las estrategias. Ciertamente este oponente, la oposición,
no tiene altura, pero tiene una ventaja, cualquier estropajo que sea candidato,
estimulará el voto antichavista porque simplemente su problema es “acabar con
esta pesadilla” como lo han dicho reiteradamente. Poco les importa si es
narcotraficante, asesino o ignorante. Votará por cualquiera y punto.
De
nuestro lado, si la gente no entiende la necesidad de votar, creo que la
veremos fea, mucho más fea de lo que suponemos.
Caminito
de hormigas…
A la
hora de escribir esta columna (8:00pm) me aseguran
que la participación en la postulación de candidatos del Psuv, fue demasiado
baja. La soledad que vi en muchas Ubch, era de pronóstico reservado. Debería
leerse eso con detenimiento… Es
casi seguro que no habrá primarias en la oposición. Están diseñando la
excusa, pero ya comenzaron a hablar de fraude. Primero Justicia está de mal en
peor y es el menos ganado para éstas, sobre todo después del fó que le hizo el
embajador estadounidense a Henrique Capriles al no invitarlo a la reunión
escuálida… ¿Cierto o falso? En Carabobo, será verdad que detrás de la
suspensión de las primarias estarían las manos peludas de AD, PJ y UNT para
liquidar a Voluntad Popular, María Corina y Proyecto Venezuela… Más
presos en Mercal por el negocio con los alimentos. Dios santo… Recomiendo
ver el Bombero Atómico, no solo por la genialidad de Cantinflas, sino por la
fuerte crítica social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario