COLUMNA
DE HENRIQUE SALAS RÖMER
NO SERA TAN SENCILLO
Hay
quienes piensan que con un cambio de régimen y un nuevo presidente electo, el
país retornará a la normalidad. No será tan sencillo.
Cuando en
1998 competí por la presidencia, la Venezuela democrática era un edificio
antiguo, con sus filtraciones y goteras, sus maderas atacadas por comején,
requerida de la sustitución de sus redes, su fachada estropeada reclamaba
atención… pero su estructura estaba alli.
Me dejo
influir por una de las pasiones que mas me han cautivado en la vida, la de
recuperar edificios históricos, pero creo válida la analogía para describir el
país de entonces, requerido, sí, de una urgente intervención, pero ya en medio
de un lento proceso de renovación.
Cuando en
mis recorridos hablé de un cambio radical, me refería a la necesidad de
acelerar un proceso que, de hecho, se venía dando al transferir los servicios
públicos, no sin fuertes resistencias, a las gobernaciones, y cuando la
sustentación del andamiaje de poder se había fortalecido con la elección de
gobernadores y alcaldes en toda la geografía nacional.
Hoy, la
situación es distinta. Las estructuras del edificio están en el suelo, las
redes de interacción, entre el gobierno nacional y las instancias públicas y
privadas que configuran la realidad nacional ya no existen, y es preciso
comenzar el proceso de rescate de los equilibrios básicos que hacen posible que
una sociedad funcione y pueda progresar, no desde el quinto piso, digamos, sino
desde del quinto sótano.
Tomemos
el mejor de los ejemplos. Cuando en 1999 se produjo el espantoso deslave de
Vargas, toda la sociedad se artículo espontáneamente para atender la gigantesca
masa de damnificados. El gobierno nacional, pese a la ausencia del Presidente
en su momento más crítico, se articuló con la FAN y ésta con los gobiernos
regionales; los gobiernos regionales con las municipalidades y Defensa Civil;
Defensa Civil con los grupos de rescate; y todos con una sociedad civil que con
igual espontaneidad se movilizó, brindándonos todo tipo de apoyo para atender a
los damnificados. En menos de quince días, la emergencia se había convertido en
urgencias y dos meses después, la situación de las familias afectadas avanzaba aceleradamente
hacia la normalización.
Comparemos
ese hecho con lo que viene ocurriendo con ese número por comparación minúsculo
de damnificados que, transcurridos varios años, continúan ocupando el Poliedro,
edificaciones privadas, hoteles, etc. porque no ha habido posibilidad de
articular nada con nada…
En todos
los espacios de actividad del país se observan huellas profundas de
desarticulación. El organismo nacional, el cuerpo social, está totalmente
fracturado y debe de ser atendido de urgencia tal como se atiende a aquellos
que, tras un espantoso traumatismo, deben aprender nuevamente a caminar, a
utilizar sus brazos, a coordinar sus movimientos, a adquirir movilidad.
Con la
simple elección de un nuevo Presidente, sea hombre o mujer, no basta. No será
tan sencillo.
hsr.personal@gmail.com
@h_salasromer

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