FRACASARON
Por
Claudio Fermín
Lo
que nos pasa es grave. Es una crisis honda. Se trata de males que se han dejado
crecer, que se han acumulado y que ahora han adquirido otras configuraciones,
enquistándose en nuestros tejidos. Esas anomalías ya no son ajenas, ahora
forman parte de nosotros.
Centenares
de bandas actúan en el territorio nacional. Presumen de sus contactos en
organismos policiales y en tribunales. Antes algunos abogados eran mal vistos
por defender interesadamente a criminales. Hoy a los pranes les sobran bufetes
de confianza que se ocupen de sus asuntos. La impunidad es la ley.
Cargamentos
de droga salen tranquilamente en vuelos comerciales. Minas de oro de las que se
han apropiado los vivos. Cupos de aluminio, de hierro, de petróleo, que se
obsequian como bono de buena conducta a los incondicionales. Las alcabalas
tejen rutas viales de la más putrefacta corrupción.
Con
lo que se construye un edificio o un hospital, se podrían hacer varios en buena
lid si no existiesen las comisiones, los sobreprecios en los proyectos, funcionarios
tramposos, inspectores corrompidos y contralorías distraídas.
Al
país lo carcomen las mafias. Pero las policías, los fiscales, la Asamblea
Nacional y los jueces están pintados en la pared. Si son cómplices, indolentes
o incapaces, es una calificación que corresponde a usted amable lector. Lo
cierto es que nada hacen por ganarse nuestro respeto.
No
producimos textiles, ni calzados, ni automóviles. Tampoco carne, arroz,
aceites, ni leche suficiente para nuestro consumo. Mucho menos medicinas.
Importamos gasolina, diésel y gas. Estamos endeudados hasta la coronilla y el
costo de la vida es insoportable para los pobres, los asalariados y la clase
media.
Por
más que le pongan un cierre en la boca a unos miles que le han regalado una
vivienda y a otros que amenazan con despedir de la administración pública si se
quejan, las manifestaciones de protesta proliferan en todas partes.
Maduro,
en vez de corregir errores, denuncia una supuesta conspiración en la que los
comerciantes, industriales y productores disfrutan no vendiendo nada. Es decir,
quebrando sus propias empresas. Eso no se lo cree ni él.
Sabe
las causas del fracaso pero no tiene el coraje de aceptar que su socialismo ha
sido una rotunda equivocación. Ya basta.
No tienen derecho a seguir haciendo daño.
Hay
que tratar a Venezuela con seriedad.
@claudioefermin

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