COLUMNA DE ANTONIO ECARRI BOLÍVAR.
Cuando se pierde el sentido del ridículo
Antonio Ecarri Bolívar
Hay cosas en esta vida que no admiten discusión y son de Perogrullo, como
ejemplo recordemos el famoso verso de Quevedo: “Andarase con los pies/ volarase
con las plumas/ serán seis dos veces tres/ por muy mal que hagas las sumas”.
Ahora bien, usted me dirá si es o no un caso típico de una perogrullada, como
la de Quevedo, no darse cuenta de esta obviedad: antes de que ocurran las
elecciones presidenciales debemos participar primero en las parlamentarias del
2015; en segundo lugar en las de gobernadores el 2016; en tercer lugar serán
las de Alcaldes el 2017 y, finalmente, en cuarto lugar, será cuando ocurra la
justa electoral presidencial en el 2018.
¿Eso lo sabe todo el mundo? Eso creíamos, pero desde hace algún
tiempo han aparecido algunos personajes que andan enredando, con sus agendas de
candidaturas extemporáneas, todo el entramado político nacional. Luego, ustedes
se preguntarán ¿por qué creemos que esas aspiraciones son contradictorias con
la lógica y el sentido común?: pues porque cada afán político tiene su “tempus”
y empeñarse algún zonzo en el dislate contrario, porque su señora madre le dijo
cuándo chiquito que estaba destinado por la Providencia a ser presidente,
cuando él quisiera, es de una estulticia pueril.
Como bien dice mi amigo Rubén Pérez Silva, Secretario de la MUD en
Carabobo: “para conquistar la montaña de Miraflores, debemos conquistar antes
las tres colinas (parlamentarias, de gobernadores y Alcaldes) hoy ocupadas por
el adversario político, pues para bordearlas habría que dar un golpe de estado
y eso no depende de nosotros”. Buena reflexión para esos candidatos en ciernes.
Si me excusan el exceso de citas de mis viejos amigos les recordaré otra
anécdota, la del Dr. Adolfo Blonval López, quien era uno de los hombres más
cultos y sabios que he conocido. Él me aconsejaba diciendo: “Antonio, a ti que
te gusta la política, jamás olvides los consejos de Lord Chesterfield a los
príncipes de Inglaterra, quien les prevenía que en la vida pública nunca se
puede perder el sentido de tres cosas: el de las proporciones, el de la
oportunidad y el del ridículo.
Y me lo ejemplificaba, jocosamente, así : “Sobre el sentido de las
proporciones: en mi caso, a mi provecta edad y mi escasa fuerza física, sería
no tener sentido de las proporciones pactar una pelea con Cassius Clay; en
cambio, si me confronto con otro adulto más viejo y enclenque que yo otro será
el resultado. Sobre el sentido de la oportunidad: fíjate que yo cumplo todos
los requisitos constitucionales para ser Presidente, pero si no tengo un
respaldo sólido de nada me servirían esas potestades; ahora, si todos los
partidos políticos, en un momento de crisis, me piden sea el Presidente de una
transición, sería un imbécil si no lo aceptara y no tendría, en consecuencia,
sentido de la oportunidad. Y en relación al sentido del ridículo: fíjate que
soy un hombre mayor, gordo y calvo, si me invitan a una fiesta de
carnaval puedo llegar, por ejemplo, disfrazado de senador romano, pero si me
aparezco ataviado como hawaiana ¿no crees que haría el ridículo?”. Nuestros
extemporáneos candidatos parece que disfrutaran perdiendo los sentidos de las
proporciones, de la oportunidad y del ridículo, pero… ¡los tres juntos y a la
vez!
Desde AD, con nuestra reconocida experiencia política, les pedimos
encarecidamente a los obnubilados que andan en esa pelea sórdida y extemporánea
por la candidatura presidencial, que hagan como nosotros: tengan paciencia,
ganemos primero las parlamentarias, las gobernaciones y las Alcaldías. Ah, pero
después, ay después, tendrán que fajarse con un candidato adeco, porque la
elección pasada fue la última en que AD no presentó candidato…
¡júrenlo!
@EcarriB

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