LA TAN MENTADA GUERRA
ECONÓMICA
Eddo Polesel
Desde las
más altas posiciones del gobierno se ha venido insistiendo, dando como
causante de la crisis que ha venido confrontando el país, que se debe a una guerra económica desatada por
el imperio Norte Americano, que ha impedido completar las transformaciones
políticas, económicas y sociales sobre la base de los principios del llamado
Socialismo del Siglo XXI; y por cuanto no hay evidencia que haya existido realmente
una guerra entendida, esta producto de una acción bélica ya que no ha habido un
intento abierto de invasión del territorio nacional, como si la hubo por parte
de Cuba castristas con los sonados casos de los desembarques de guerrilleros en
las costa de Falcón y en Machurucuto en Miranda, los cuales si fueron
rechazados y combatido por el Gobierno democrático del Presidente Rómulo
Betancourt, lo cual nos lleva a deducir que aun cuando lo de la supuesta guerra
económica fuera, en parte cierto, queda demostrada la incapacidad del actual
Gobierno de evitarles a la sociedad venezolana los crecientes problemas que han
venido sufriendo, en un periodo dentro del cual se ha disfrutado de más altos
ingresos petroleros de la historia.
No consideramos necesario repetir el rosario de problemas que se han creado para llevarnos al mar de felicidad de Cuba pero si recordar las consecuencias de los acuerdos que el Presidente Hugo Chávez suscribió, en ocasión de la gira que realizo por varios países asiáticos y del Medio Oriente a principio de 2001. En efecto, en Moscú, firma un acuerdo de cooperación técnico-militar con el supuesto propósito de convertir a Venezuela en un puente para el comercio armamentista -de carácter subversivo- en América Latina y se proclama admirador de Lenin por su inolvidable contribución a los principios de la justicia social. En Pekín, confirmo su alianza estratégica -vital- con China y manifestó que era maoísta y en Teherán, se identifica con la revolución fundamentalista. Y mientras eso ocurre en el plano interno se explayan sentimientos anticapitalistas a espalda de la realidad económica del país y de su tradición democrática capitalista, cuyas actividades económicas privadas sobrevivía dentro de un Capitalismo de Estado soportado por el ingreso petrolero. Por lo tanto, debe quedar claro, que con esos acuerdos se dio inicio a un viraje de 180 grados en las relaciones internacionales para que se convirtieran en un instrumento idealizado para implantar en Venezuela, un modelo de sociedad diametralmente opuesta a la existente; de allí mediante una lluvia de decretos de leyes, bajo el perjudicial instrumento de las habilitaciones y por el uso y abuso dado por el régimen, se vino modificando las estructuras de todos los órganos del Estado que causarían serias y graves repercusiones en las instituciones democráticas y de las organizaciones privadas del país.
Lo anterior lo comprueba que desde 1999 hasta 2013 un Poder Legislativo genuflexo, totalmente doblegado a la voluntad del líder de la revolución bolivariana ha delegado, en cinco oportunidades, al Presidente de la Republica sus facultades constitucionales que han generado profundos cambios en el Marco Legal Regulatorio, en gran parte al margen de los principios constitucionales, por medio del cual se emitieron, desde 2001 hasta hoy 265 decretos con fuerza de ley; 215 durante el gobierno del Presidente Chávez y 50 promulgados recientemente por el Presidente Maduro; Proceso -que es importante recordar- se inició con la aprobación, -sin consulta alguna, como todas la demás- con los 49 decretos leyes que fueron promulgada el 10 de diciembre 2001 mientras, desde agosto, se estaban efectuando reuniones en las mesas de trabajo instaladas para iniciar un dialogo con el empresariado organizado, lo cual constituyo una burla a la promesa hecha por el Presidente Chávez en respuesta a un planteamiento de FEDECAMARAS, hecho en ocasión de su asamblea de julio del mismo año para encontrar una vía para resolver, en forma consensuada, los problemas económicos y sociales del país para lo cual se hacía imprescindible aunar esfuerzos y voluntades en pos del interés de la población en general.
Es importante destacar que la burla consistió en que mientras se distraía con la mesas de trabajo con el empresariado -bajo cuerda- se estaban preparando los 49 Decretos con Fuerza de Ley que sorpresivamente fueron aprobados en noviembre y promulgados en diciembre del mismo año; dentro de los 49 decretos, por su trascendencia y repercusiones económicas y sociales, citamos los siguiente: La Ley de Tierra y Desarrollo Agrícola; Ley de Pesca y Acuicultura; Ley Orgánica de Hidrocarburo; Ley sobre Estatuto de la Función Pública; Ley Orgánica de Planificación; Ley Orgánica de la Procuraduría de la República; Ley General de Bancos y Otras Instituciones financieras; Ley que crea el Fondo de Inversiones para la Estabilización Macro económica; Ley de transformación del Fondo de Inversiones en Banco de Desarrollo y Social de Venezuela y finalmente Ley General de Puertos. El cuadro normativo revolucionarios se completa con las posteriores habilitantes; la del 2007 con 59 decretos; la del 2010 con 54 decretos y finalmente con la última de la serie chavista la de 2013 con 50 Decretos promulgados en noviembre 2014, todos sin consulta alguna, se han mantenido las misma directrices ideológicas que es el fundamento de una guerra declarada al sistema capitalista nacional e internacional con la consecuencia de haber caído.
Con ellos queda irrefutablemente evidenciado que, la tan mentada guerra económica, no ha sido producto de una iniciativa hostil promovida por el capitalismo Norte Americano sino por una deliberada decisión del gobierno nacional que se ha venido progresivamente enfrentado a ese sistema, violando y desconociendo Acuerdos Internacionales como lo demuestran los pleitos que tenemos pendiente en el exterior por haber cortado, en forma abrupta, las relaciones con los países tradicionalmente amigos con el único objetivo de imponer un cambio de estrategia política lo cual, si hubiese producido mejores beneficios para el país se hubiera podido justificar; así como que menos podemos justificar las agresiones sistematizadas aplicadas en lo interno dirigidas a golpear a través de regulaciones y restricción de todo tipo impuestas, por una legislación arbitraria, a las actividades privadas; tampoco se puede aceptar y menos entender lo ocurrido con la empresa del Estado que versan en condiciones, para decir menos, deplorables por su inaceptable ineficiencia y plagadas de corrupción, con una PDVSA incapacitada de reaccionar frente a la baja de los precio del petróleo con un entorno internacional que se está volviendo aún más difícil.
Ha llegado el momento que el gobierno reflexione sobre el precario estado en que se encuentra la Nación. Por lo tanto no se trata de continuar con inventos sino de entender que la situación obliga a encontrar una salida apropiada a las difíciles circunstancias en las que ha caído el país por un experimento, cuyos resultados presentan un cuadro de extrema gravedad; y con igual importancia y compromiso patrio todas las organizaciones políticas, económicas y sociales deben comprometerse a converger a un punto de encuentro que abra un camino a la recuperación moral y material del país. Este el augurio que formulo para el próximo año; mientras tanto tomemos un respirito y pasemos una Navidad de la mejor forma posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario