Columna
de Rafael Rodríguez Olmos
No es tiempo de recular ni de
vivir de leyendas
Si
bien el título corresponde a una frase de una canción de Alí Primera, creo que
es momento para poner de moda una de las tantas frases magistrales de Hugo
Chávez. Tenía una puntería extraordinaria para decir las cosas en el momento
oportuno. Como esa que reza: “del otro lado está la nada”.
En
una de las tantas alocuciones del camarada que terminaban siendo una clase
magistral, una enseñanza, una brújula por la que podíamos guiarnos, Chávez se
estaba refiriendo a la oposición. Y terminó hablando de la oposición porque
comenzó haciendo duras críticas a su gobierno, al funcionariado que la compone,
a las deficiencias del Estado como ente, como guía fundamental en la
organización y la conducción de una sociedad. En ese momento, el Arañero de
Sabaneta hizo toda una disertación sobre el Estado y decía cómo debían comportarse
sus funcionarios y cómo debían ser en el trato con el ciudadano.
Pero
agregaba que esas fallas eran parte del complejísimo problema social que
vivíamos y herencia del sistema capitalista. Y que además, no se iban a
resolver de la noche a la mañana porque eran inherentes al individuo.
Todas
estas explicaciones las daba a propósito de hacernos entender lo que en su
esencia significaba el Estado, su entramada composición y la necesidad que
teníamos de irlo desmontando, como única vía para construir el Estado
socialista.
Y
entonces pronunció la frase arriba mencionada para referirse a una oposición
que no tiene noción de lo que es el país, ni le interesa, una oposición que
camina sobre sus propios intereses, pero no los de la nación. Una oposición sin
propuestas, sin objetivos, sin planteamientos; es decir, una oposición para la
que el único planteamiento que existe es acabar con el chavismo sin siquiera
saber qué pasará después, aunque la anomia se apodere de la sociedad. Por ello
Chávez decía que “es la nada”. Y sin duda, es una locura absoluta apostar a la
nada.
El
tío Miguel entendía que la desesperación conducía a la irracionalidad, que a su
vez es consecuencia de la ira. “La rabia –me explicaba- siempre será su peor
enemigo porque le anula la capacidad objetiva de pensar y la ponderación en el
juicio. Si algo lo pone de mal humor, entonces habrá siempre alguien a quien
culpar, pero es casi seguro que en el juicio de valor pierda el sentido de la
justicia y de ubicar las cosas en el lugar adecuado. Por eso cuando usted se
arreche, tiene que tomar dos decisiones inmediatas: la primera, no decidir
nada; y la segunda, no hablar, pensar siempre, pensar mucho”.
Si
alguien se atreve a negar que hay graves errores en el gobierno y además graves
problemas, o es un estúpido, o es un chavista de derecha que los hay por
toneladas y están especializados en disfrazar todo. Pero si alguien se atreve a
negar que hay una campaña orquestada del enemigo cada vez más contundente y más
feroz, es más estúpido aún.
Porque
cómo se puede negar el descontento generalizado de la población venezolana que
no encuentra los productos de primera necesidad, que recibe un bombardeo
permanente del enemigo diciendo a través
de la canalla mediática y de las redes sociales que todo es culpa del gobierno.
Ese descontento es real. Reforzado por el enemigo que jamás dirá que es el
mayor responsable de ese descontento. Como también es real que nunca hemos
tenido una política comunicacional capaz de diseñar una estrategia que pueda
desmontar a toda esa sarta de mentiras con las que todos los días nos
bombardean.
Al
final de la Comuna de Paris, que apenas duró dos meses con 20 días a principios
de 1871, sus líderes se dieron cuenta de que habían cometido errores
fundamentales. Por ejemplo no tomaron en cuenta una premisa fundamental que
ocurriría como fue la alianza de las burguesías europeas (enemigas entre sí)
que vieron en peligro sus intereses si esa horda llamada pueblo tenía éxito.
Fue quizás uno de los genocidios más trágicos en la historia de la humanidad.
No solo por los 50 mil muertos, sino por el avance que significaba ese proceso
en función de un futuro mejor.
La
esencia de esta batalla que libramos todos los días y que lidera Nicolás
Maduro, es cómo el socialismo logra imponerse al capitalismo. Y es incluso
paradigmática porque mientras rompemos los que existen, creamos nuevos. Pero
además es experimental porque no estamos copiando modelos, sino creando sobre
los errores. No hay nada más complejo que la deconstrucción.
Tenemos
que decirlo todos los días, lo que estamos viviendo no debe sorprendernos. Y
aún falta por vivir lo más grave de los ataques del enemigo. Ya llegaron al
terrorismo, a los asesinatos selectivos. Pronto serán los colectivos y no tiene
por qué extrañarnos que en cualquier momento paguen un drom para que bombardee
alguna ciudad o población. Todo es posible en gente como esta. Están
desesperados y no encuentran cómo deshacerse de ese gentilicio que huele a
chusma –y que es el pueblo- que se llama chavismo. Eso los enerva y los perturba.
Y cada vez estarán más dispuestos a hacer cualquier cosa.
Pero
somos un paradigma. Nuestro proceso no solo tiene que ver con nosotros, sino
con un mundo que emula lo que estamos haciendo. El triunfo al entrar en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, es un refrendado que le hacen 181
países a Venezuela que se puede traducir en una sola expresión “sigan adelante
que nosotros los apoyamos”.
Quien
recule ahora, o es un enemigo, o no entiende nada. Y debería leerse con
detenimiento a Lenin cuando dice “dos pasos adelante, uno atrás”. Los momentos
son complejos y las filas deben estar cerradas. Si no hay desodorante, póngase
bicarbonato, pero eso no puede ser el óbice para detener la revolución. Perder
todo lo ganado es como dijo Chávez “La nada”.
Caminito
de hormigas…
La
MUD no permite que Chuo Torrealba abandone. Él
está presionando para que designen a otro, pero nadie quiere. “Todos se niegan
a enfrentarse a María Corina, Olmos, y la otra parte es Primero Justicia que no
hace nada pero no deja hacer” me explicó la fuente… Aún no han explicado cómo va a ser
la estructura que unirá a los entes del Estado abastecedores de alimentos.
Ojalá y sea mucho más eficiente que las tres por separado… La victoria de Venezuela
en su entrada al Consejo de Seguridad de la ONU, es además, una derrota
política a la ultraderecha que estaba apostando a la invasión gringa del
país… En el liceo privado
Fundación Valencia ubicado en Lomas de Funval y con tres sucursales, obligan a
los estudiantes a recibir clases en estacionamientos para carros llenos de
grasa y de porquerías. Cuando los estudiantes reclamaron la respuesta fue “si
no cumplen la materia están raspados”… Recomiendo
el video “Libérate de tus antepasados” por You Tube
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