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miércoles, 22 de octubre de 2014

ESTADO ACTUAL DE LA NACIÓN VENEZOLANA. por: Eddo Polesel

COLUMNA DE EDDO POLESEL


EL ESTADO ACTUAL DE LA NACIÓN VENEZOLANA


                                                         Eddo Polesel
        
  Los gobiernos democráticos del mundo occidental cada cual, de acuerdo a su Protocolo, en un acto de alta significación política y social, mediante una alocución anual por antes los poderes legislativos y al país rinden cuenta del cumplimiento de los programas económicos y sociales así como de la seguridad de Nación y anuncian los lineamientos estratégicos de acción pública para el periodo siguiente; practica que, por cierto, no es de uso por los gobernantes autocráticos y autoritarios los cuales, cuando lo hacen, se limitan a una arenga para enardecer los ánimos de sus seguidores al margen de las condiciones políticas, económicas, sociales obviando referirse sobre la seguridad del Estado. En nuestro caso el Estado de la Nación no lo evidencian los anuncio del Presidente de la República sino las precarias condiciones, tanto internas como la externas en las cuales versa el país. En efecto, las afectaciones internas se determina por las penurias que sufre la población en los diversos órdenes y niveles y, las externas, fuentes del exterior especialmente de las agencias calificadoras de riesgo, en nuestro caso, como la del otro imperio, la de la Dagon Global Credit de China las cuales con toda claridad, califican la situación del país de alta criticidad, alertando que si no se tomaban medidas adecuadas la situación para 2014 seria de un serio agravamiento tal como en efecto está ocurriendo.
            Por nuestra desgracia el precario Estado de la Nación, está representado por los sufrimientos que padecemos por el gravísimo nivel de inseguridad personal y la evidente descomposición institucional pública, muy peligrosa, como lo demuestran los últimos enfrentamientos armados entre la fuerza de seguridad del Estado y algunos colectivos;  hechos que patentiza que al régimen se le está escapando la situación de las manos porque estos no aceptan el desarme que ahora le pretenden imponer; a todo lo cual se le suma un generalizado desabastecimiento que ha quebrado la seguridad alimentaria y a ha hecho más grave la situación en el sector salud, con el riesgo de no estar en capacidad de enfrentar no solo las enfermedad mas corrientes sino de enfrentar con el rigor necesario las epidemias estacionales y, mucho menos contrarrestar, las que pueden llegar de otros continentes que son muchos más amenazantes. Todo ello, dentro de un cuadro de insalubridad pública, por la condición en que versan los servicios básicos como gas domestico, agua y luz eléctrica ya que, oficialmente se anuncian recortes que, por lo visto, serán mucho más frecuentes y pronunciados;  así como de una evidente insuficiencia en los drenajes en las aéreas urbanas de alta densidad poblacional y también por la insuficiencia en la canalización y tratamiento de las aguas servidas que se agrava por el aumento de la densidad poblacional en la ciudad capital, que causara la Misión Vivienda, sin la debida adecuación de los servicios básicos y finalmente por el peligroso aumento de la construcción de viviendas en las aéreas marginales, sin la previa dotación de servicios básicos mínimos indispensables, como ha venido ocurriendo en estos últimos 15 años.
            A esta situación de por si critica sobreviene la baja en los precios del petróleo la cual, por una parte, se debe al descenso del crecimiento económico de los países Latino Americanos, a la cabeza Venezuela que se estima menos del 5 por ciento y de los países del BRIC (Brasil, Rusia, China y Sur África) a lo cual se une la disminución de las importaciones de petróleo de los Estado Unidos; baja en los precios que, de acuerdo a fuentes de crédito, podría a ser mayor, situándose entre el precio actual hasta una base que se estima en los 70 dólares por barril. Esta situación tendrá, independientemente de lo que dicen las fuentes oficiales, serias repercusiones, habida cuenta que dependemos casi totalmente de la importaciones para sobrevivir, lo cual presagia un futuro inmediato aun más crítico para la sociedad venezolana que vienen padeciendo de un desabastecimiento generalizado dentro del cual, la existencia de la población se ha convertido en acto de sobrevivencia, y dentro de ese cuadro vale la pena preguntarse: ¿CUÁNTO COSTARÍA EN DÓLARES, VOLVER A LA NORMALIDAD? ES DECIR;
          1.- Mantener los anaqueles, de los abastos y supermercados, con suficiente alimentos y una existencia en los almacenes, tomando en cuenta el consumo y el tiempo necesario para la reposición. 2.- Abastecer a los hospitales públicos y clínicas privadas de insumos y equipos así como a los distribuidores medicinales para que atiendan a los necesitados. 3.- Reponer los camiones, autobuses y automóviles obsoletos y reactivar los que están paralizados por falta de repuestos, así como ocurre con todos los diversos equipos y maquinarias que se encuentran fuera de servicio por la misma razón. 4.- Restituir el mantenimiento a la red vial, urbana e inter urbana y realizar la construcción de las urgentes ampliaciones para mantener en condición de mínimos riesgos a los usuarios que transitan por las carreteras y las pocas autopistas que fueron construidas hace más 35 años por los Gobiernos Civiles. 5.- Mantener un nivel adecuado en la educación primaria y secundaria para la recuperación de nuestra juventud.  6.- La reposición de los equipos de producción de las empresas privadas que han quedado paralizados por falta de materias primas y que se encuentran en vía de obsolescencia. 7.- Actualizar el equipamiento industrial de las empresas básicas y de las demás empresas confiscadas, que versan en condiciones precarias por falta de mantenimiento y con equipos obsoletos. 8.- Volver hacer productivos los predios agrarios y los fundos agropecuarios ocupados por la revolución que han sido prácticamente destruidos  9.- Reactivar PEDVSA habida cuenta del estado en que se encuentra incapacitada de aumentar la producción de petróleo para, cuando menos, recuperar la cuota OPEP perdida de cerca de millón de barriles diarios.10.- Restituir, habida cuenta del degrado ambiental, los programas y las acciones que el Estado están obligados a realizar para recuperar la salubridad pública.
           Este es el cuadro real del estado de la Nación victimas, la ciudadanía, de un progresivo desajuste fiscal, financiero, económico y social que se ha traducido en una brutal descapitalización de todos los activos del país, causados por esta revolución destructiva; y ahora, variadas las condiciones del único producto de exportación el petróleo nos encontramos con la estructura productiva interna privada y pública, en lastimosas condiciones, consecuencia de un proyecto político ideológico inviable. Por lo tanto, no se trata de un cambio de hombre sino de Modelo, y también de hombres -que los tenemos-  con el fin primero de recuperar la soberanía del país.

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