COLUMNA DE HECTOR AGÜERO.
El pelón viene por el lado de la TV (I
parte)
Héctor Agüero
La
ausencia de contenidos audiovisuales, especialmente para televisión, que
enfoquen temas vinculantes a la transformación que vive nuestro país y cuyos
razonamientos figuran en el Plan de la Patria coloca en total indefensión el
proceso político que adelantamos y dejamos la mesa servida para que las trasnacionales del
entretenimiento continúen arrojando profusamente las series, ficciones,
documentales, programas musicales y otras ofertas diseñadas, producidas y
distribuidas por la maquinaria made in Hollywood. Como en los tiempos de la IV
República.
La
Ley de Telecomunicaciones de 1999, impulsada por Diosdado Cabello, fue uno de
los primeros instrumentos que produjo el gobierno del Presidente Chávez que
sirvió para ordenar un sector estratégico como lo es el de las
Telecomunicaciones. Apuntaba más hacia esa área y apenas hacía mención a la televisión. Derogaba los Reglamentos y sucesivos
decretos referidos a la Radio y a la Televisión que desde 1941 los
complacientes gobernantes de turno modificaban a petición de los comerciantes
del ramo. Para colmar este vacío surgió la Ley de Responsabilidad Social
conocida como Ley Resortes, que aún rige, y abarca más el lado ético de lo que
se va a ver sin tomar en cuenta el contenido a difundir. A mi entender falta
normar la televisión, un pelón que aún estamos a tiempo de subsanar. Sin
producción de contenidos seguimos en la misma trilla de adecos y copeyanos que
nunca se atrevieron a contradecir a los omnipresentes y prepotentes dueños de
canales televisivos quienes intoxicaban diariamente al Pueblo con telenovelas y concursos que humillaban a los
participantes o entrevistas donde el representante del canal se promocionaba
así mismo con fines electorales
Para ello es necesario seguir el ejemplo del
cine nacional, ente público mayoritario, que gracias a tener metas claras así
como al empeño de cineastas y trabajadores ha logrado crear una formidable
maquinaria de producción que se caracteriza por la prontitud en la aprobación
de créditos al sector que posibilita realizar sus películas y distribuirlas.
Cuenta la cinematografía nacional con 219 Unidades de Producción Audiovisual y
Cine en todo el territorio, UPAC, tiene en su haber mil seiscientos talleres
impartidos en todas las especialidades, dispone de una Escuela Nacional de
Técnicos así como un Laboratorio de Cine y Audiovisual, además de una Escuela
de Cine con rango universitario en Mérida, donde capacitan personal y discuten contenidos. El cine
venezolano en los últimos nueve años ha logrado atraer a catorce millones de
venezolanos a las salas de cine y ha recibido
reconocimientos internacionales (Festival de San Sebastián y
premios Goya). Cuenta con un organismo rector, el Centro Nacional
Autónomo de Cinematografía, CNAC, reconocido
por su gerencia de alto nivel. El secreto de los artesanos, directores y
trabajadores cinematográficos radica en líneas claras, un organismo eficaz y disciplina
para el funcionamiento.
El
sector televisión público dista mucho de poseer estas credenciales. Sigue atado
a los conceptos primarios e individuales de que cada canal público es una
parcela para un grupo con intereses menores que por supuesto no trascienden y no cumplen su función ideológica.
Son trece señales de televisión
atomizadas.
Seguimos adelante
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