COLUMNA DE HENRIQUE SALAS
RÖMER
¿Un ISIS en América?
“Venezuela limita por el oeste, el
suroeste y el noroeste, en buena parte de ese territorio, no con el Estado de
Colombia sino las fuerzas insurgentes de Colombia que tienen otro Estado,
tienen territorio propio bajo control, tienen leyes propias y las aplican y las
hacen cumplir, de tal manera que es una realidad que no puede seguirse
ignorando.” El pronunciamiento hecho por Hugo Chávez el 4 de febrero de
2008, en el acto conmemorativo de su fallido golpe de estado, se produjo en
consonancia con una declaración similar emitida por el gobierno ecuatoriano.
Coincidían ambos Presidentes en afirmar que era otro Estado y no Colombia,
aquel con el que sus respectivos países colindaban.
Los hechos, sin embargo, cambiarían
muy pronto esa perspectiva. El 1 de marzo se produjo un ataque sorpresivo del
ejército colombiano a un campamento de las FARC en territorio
ecuatoriano. Allí falleció Raúl Reyes, miembro del alto mando insurgente,
y sus dos computadoras, contentivas de información de muy alto valor, cayeron
en manos del gobierno de Colombia. Ese mismo mes, el 26 de marzo, moriría de
causas naturales el jefe histórico de las FARC, Manuel Marulanda, sucediéndolo
Alfonso Cano.
Pasarían más de tres años sin
incidentes dramáticos hasta que pocos días después de recibir Juan Manuel
Santos el poder, cayó otro miembro del alto mando insurgente, Víctor Julio
Suárez Rojas, alias Mono Jojoy, siguiéndolo el año subsiguiente Alfonso Cano,
víctima de un nuevo ataque del ejército colombiano.
Tal como lo demostró Álvaro Uribe en
testimonios filmados entregados poco antes de traspasar el poder, durante ese
receso de tres años, Venezuela se convirtió en un santuario seguro para las
FARC.
La muerte sucesiva de sus figuras más
emblemáticas, llevó a la organización narco-guerrillera, ahora al mando de
Rodrigo Londoño Echeverri, mejor conocido como Timochenko, a aceptar el inicio
primero en Oslo y luego en La Habana de un proceso de negociación para alcanzar
la paz.
Las conversaciones, si bien
parecieron avanzar rápidamente al producirse en la primera vuelta la victoria
del candidato presidencial de Álvaro Uribe, Oscar Iván Zuluaga, cayeron en
territorio incierto al ser reelecto el presidente actual.
Hace exactamente un mes, las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya en tono de igual a igual,
exigieron a Juan Manuel Santos que responda por la muerte de Alfonso Cano,
ocurrida en 2011 durante una operación militar en la que, según la guerrilla,
se habría violado el derecho internacional.
“La exigencia la encabeza el líder
de las FARC, Rodrigo Londoño, alias “Timoleón Jiménez” o “Timochenko”, quien
recordó en la comunicación divulgada que fue Santos quien ordenó la operación
contra Cano, su antecesor, producida el 4 de noviembre de 2011.
En aquella época, el mandatario ya
ejercía como presidente de Colombia, por lo que la guerrilla no duda en
calificar la muerte de su entonces líder como un “crimen de Estado”.
¡Cuánto se asemeja el lenguaje de
Timochenko a las de un Jefe de Estado!
hsr.personal@gmail.com
@h_salasromer
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