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martes, 19 de agosto de 2014

Columna de Rafael Rodríguez Olmos: Fidel.

Columna de Rafael Rodríguez Olmos

Fidel

Al igual que muchos de mi generación, entré a la militancia política siendo un chamo, muy chamo. Porque además, aún se mantenía el fervor de las luchas estudiantiles, quedaban algunos focos guerrilleros que hacían ruido y la brutal represión de los gobiernos de turno era de todos los días. Había en todo caso, en el espíritu de mi generación, una sensación de que algo estaba mal y era menester cambiarlo. Recuerdo que recién salía de la cárcel Simón Sáez Mérida, a quien le dieron un chancesito para no morirse de hambre y dar unas horas de clase de Historia de Venezuela en mi liceo. Tuve la fortuna de ser su alumno entonces. Más que un privilegio. Las revistas Reventón y Al Margen eran una especie de best seller para nosotros, un montón de carajitos ávidos de información y de acción.

Pero el MIR estaba en los liceos y terminé yendo a reuniones y batidas, que a su vez fueron las primeras acciones en las luchas callejeras de barrios y liceos cuando los “Cascos Blancos” nos reprimían a rolos, bombas lacrimógenas y disparos de escopetas con cartuchos llenos de tuercas o rolines.

Y así conocí a Fidel. Cuando en una reunión clandestina, en la casa de un viejo comunista de la generación del 28 donde nos reuníamos, escuchaba un discurso del barbudo en un radio de onda corta. Me senté a su lado y me quedé extasiado escuchando a un hombre que cuestionaba duramente el problema de la burocracia y el papel del militante en el control de Estado. Fue como el primer empuje que sentí para aprender sobre el militante y el partido. Y pudiera decir que también fue el punto de partida para que fuera un militante revolucionario mucho antes de este proceso, al igual que cientos de camaradas regados por todo el país.

Desde entonces no he dejado de seguir a Fidel Castro, el gran Alejandro de Sierra Maestra. Así se llama mi hijo varón, Alejandro José, por la admiración que he profesado toda mi vida por “Fided” como dicen los cubanos cuando hablan del hombre que para muchos de ellos es como un Dios.

Y ya a estas alturas de mi vida, después de tantos kilómetros recorridos, cuando leo sus escritos, entiendo por qué Fidel es para mí la figura política más prominente de los últimos 150 años de la política mundial. Es el pensador más claro del acontecer mundial y del avance y futuro de la humanidad.

Ciertamente Fidel se ganó los galones al ser uno de los jefes de la Sierra Maestra; y no solo enfrentarse a un imperio con la pírrica distancia de 90 millas, sino demostrarle a los revolucionarios del mundo que era posible si había una clara conciencia de hacia dónde se iba. Allí ocurrió lo que yo llamé La magia de Fidel, el poder hipnótico de un hombre que estaba por encima de su propia conciencia, no perder la visión de lo que se estaba haciendo y sus razones; y además, enfrentarse a sus propios camaradas que probablemente por no tener esa visión tan estratégica, no entendían por qué se tomaban algunas decisiones  que en el momento parecían incorrectas.

Desde entonces, Fidel ha tenido el mundo en contra: los imperios, la derecha, la ultraderecha, el capitalismo, el neoliberalismo y una izquierda derrotada por sus propias desviaciones que aún se siente con moral para criticar.

Y es que la magia de Fidel estriba en esa extraordinaria capacidad de entender los momentos históricos y analizarlos en su contexto. Es por ello que acaba de cumplir 88 años y tienes una lucidez envidiable, examinando el mundo de hoy en su justa dimensión, con el uso preciso de la dialéctica y del materialismo histórico, que son los instrumentos propios para poder considerar sin temor a equivocarse.

Tengo en mi mente un discurso que debió ser a finales de los setenta, en el que tocaba la actitud del burócrata cubano y su ausencia de conciencia. Explicando la magnitud del problema, pudo ilustrarlo con el hecho de que un vendedor de raspado, le quitara un poquito a cada niño que le vendía y cómo eso reñía con la moral y con la ética; pero además, cómo a partir de allí, se iba formando un ciudadano que nada tenía que ver con la construcción del hombre nuevo.

Siempre he tenido la impresión de que Fidel nunca habla de más. Recuerdo cuando denunció y explicó que la deuda externa del mundo no debía pagarse porque ya se había cancelado con creces. Muchos lo cuestionaron, y muy duramente. Hoy son muy pocos los que no coinciden con él en ese aspecto.
Una vez tras otra y en todos los momentos álgidos de la humanidad, Fidel se ha enfrentado a las sinrazones, al mesianismo, a las miserias humanas y al desprecio por el ser. A él le hemos visto siempre de primero asumir posiciones frente a la injusticia y al oprobio que se cometen en el mundo. Es de hecho el más internacionalista de todos los revolucionarios.

Y a pesar de la carestía del pueblo cubano, siempre la mano de la solidaridad ha estado extendida para quien la necesite, desinteresadamente. A Cuba fueron a parar los niños de Chernobyl con sus familias, los que hoy son profesionales universitarios y científicos. Cuántas cosas tiene que agradecerle África a Cuba, desde los tiempos del Che Guevara. Qué país de América Latina y del Caribe no ha recibido la ayuda, o la oferta, de ese gobierno revolucionario. De qué tamaño ha sido la defensa de la humanidad que ha hecho Fidel. De qué tamaño la defensa de la ecología.

Pero además, esa capacidad para mirar en pequeño los problemas cotidianos de la gente y poderlos explicar en su justa dimensión, dando la trascendencia que realmente tienen. No conozco un discurso donde el ser humano no sea el punto de partida y la conclusión; y una cosa más, solo a él y a Chávez los he escuchado autocuestionarse, aceptar errores, pedir disculpas y proponer enmiendas.

El Fidel de 1961 no es el mismo Fidel del 2014, pero es el mismo. Más genial, más profundo, más tolerante, más humano, más humilde y obviamente más lleno de sabiduría. Es por ello que insisto, es la figura más prominente de los últimos 150 años de la política mundial. Y soy un convencido de que si hoy la humanidad contara con diez Fidel, sin duda el futuro sería otro. No tiene a Camilo para preguntarle si va bien, pero los revolucionarios del mundo estamos convencidos de que aún enseña el camino. Ojalá y todos lo siguieran.

Caminito de hormigas…

El 09-12-2013 dije en un artículo lo que ocurriría con la oposición y lo que le ocurriría. Pero también es un hecho que son los violentos quienes están ocupando el espacio político, pasando por encima de los históricos. Esperemos las parlamentarias del año entrante. Como dicen en mi tierra “he visto muerto cargando basura”…  Desde Cojedes a Valencia estuve en cinco estaciones de servicio. En todas está el mismo cartel “no hay aceite de motor”, pero venden el semisintético en 950 bolívares. Es decir, casi un millón de los viejos…  A estas alturas, los policías jubilados de la policía de Carabobo no han recibido ninguno de los beneficios de los decretos presidenciales. Pero además, la PC no acepta ninguna petición de jubilación porque no hay dinero para jubilarlos. ¿Quién se está cogiendo los reales?...  ¿Cómo les parece que no hay cilindros para envasar gas? ¿Dónde están? Nadie sabe explicar nada. Ni Pdvsa gas, ni las empresas fabricantes…  Por fin ¿dónde está la lista de los que se robaron los 25 mil millones de dólares de Cadivi?...   Y de paso ¿dónde están los asesinos de Otaiza?


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