COLUMNA
DE RAFAEL RODRÍGUEZ OLMOS.
Boto
tierrita y no juego más
Cuando uno ve las
últimas acciones de la oposición (de la estúpida y de la inteligente) y de
elementos nuevos que aparecen en escenas, pero que siempre estuvieron, entiende
–o al menos así lo infiere- que el enemigo está dispuesto a echar el resto en
este año para acabar con el gobierno del camarada Maduro y con todo el proceso
que dejó Hugo Chávez.
Desde hace tiempo
venimos diciendo que estamos esperando las acciones del parte de las instituciones
del Estado para poner en cintura a más de un personaje que está haciendo de las
suyas, o grupos, empresas y organismos que iniciaron una guerra abierta contra
el proceso.
La guerra mediática
fue y es una punta de lanza de mucha precisión que hace un daño gravísimo y que
nuestros medios y nuestra estrategia, no han tenido desmontarla
definitivamente. Porque en momentos de crisis, o de situaciones coyunturales,
es menester enfrentar por la calle del medio estas políticas mediáticas, según
las cuales la situación del país es caótica por la deuda del Estado, o la falta
de dólares, o porque la gente está descontenta porque no le acomodaron una
tubería, o que los maestros van a un paro porque no le han dado el aumento
salarial, o que la gente está descontenta porque no consigue papel toalet. Esa
matriz que en líneas generales son mentiras, verdades a medias, o hechos
descontextualizados, tienen una segunda fase ¿No vieron a los medios del Zulia
que hace poco mantuvieron una zozobra en las maracuchas por la supuesta
existencia de una banda que les cortaba el pelo para hacer negocios. Y de la
noche a la mañana, se paró la cortadera de pelo? Y no era que los malandros
acumularon demasiado pelo y no encontraron a quien vendérselo. No, para nada.
Es que el hecho nunca existió, más allá de alguna bella marabina que fue
víctima de algún anormal que le hizo eso.
Hace dos semanas en
Carabobo, las redes sociales se llenaron de una información según la cual en
una iglesia de Valencia, unos malandros atracaron a todo el mundo, justo en el
momento en que el cura pedía que se dieran el abrazo de la paz. Mayor
bandalaje. Hasta el pobre cura se quedó sin crucifijo. Horas después el propio
gobernador Francisco Ameliach, debió salir a desmentir tal información. Pero es
una campaña que rodada por las redes sociales, produce un efecto. Es
terriblemente dañina.
A finales de los
setenta se produjeron varias campañas semejantes en Venezuela, cuya finalidad
era golpear al contrario. En este caso adecos contra copeyanos. Pero yo recuerdo
el caso de “la Machaca”, que era una especie de mariposa o chipo que generaba
impulsos sexuales a las personas luego de ser picado. Tal hecho ocupó a los
medios de comunicación por varias semanas, mientras pasaba el momento político
que generó el laboratorio.
Urgando en las
bibliotecas, me encontré con medios de comunicación de los sesenta –plena
efervescencia guerrillera- que hablaban de marcianos que aparecían en diversos
sitios del país. Incluso, recuerdo una entrevista que le hicieran a un médico
prominente, hablando del tema. Históricamente era el preciso momento en que la
aviación bombardeaba las montañas de Falcón en persecusión de guerrilleros.
Fueron los tiempos cuando la represión fue más brutal.
Hacia los ochenta
apareció un sádico que les cortaba las nalgas a las mujeres. Cientos de
centímetros columna, videos de tv y
cintas de grabación, llenaron los medios suministrando información sobre el
supuesto personaje. De hecho nunca apareció.
No es nada nuevo esto
de la canalla que sirvió para golpear a Chávez de manera inmisericorde durante
catorce años. Esa estrategia acompaña a otros hechos, tales como la guerra
económica que en este momento libra el país contra este enemigo que está
operando desde afuera y desde adentro; y que tiene importantes cómplices en el
gobierno.
Y es una guerra que
tiene en planes acciones mucho más profundas, como lo ha denunciado el propio
Nicolás, en el sentido de generar hechos de violencia para que no se produzcan
las elecciones. Al respecto, ha sido tajante Diosdado Cabello, al expresar:
“Hay empresarios que sufren por la guerra de los grandes. Esa guerra económica,
las primeras víctimas que va a tener es su propia gente porque el pueblo de a
pie tiene conciencia revolucionaria y de clase para seguir adelante. Están
llamando, creo que mañana (hoy lunes) a un paro empresarial, bueno, pueblo de
Venezuela, empresa que se pare, empresa que el
trabajador y el obrero vaya y la tome… El gobierno no permitirá
ningún tipo de desestabilización en el país… No va a ocurrir que el Gobierno y la
Fuerza Armada vaya a salir a reprimir al pueblo trabajador que reclama sus derechos porque saldremos a
apoyarlos, por eso expresamos no al saboteo, no a la guerra económica, sí a la
paz, sí a la soberanía, sí a la independencia y sí a la revolución… El Ejecutivo no le tiene miedo a ningún
imperio, ni a ningún poderío empresarial. Ellos están preparando una marcha
para el 9 de diciembre, dicen ¡Nicolás vete ya!, pero en el fondo son los
mismos. Ellos
creen que todo será en Caracas, pero lo hemos dicho públicamente cuando den el primer paso, no se vale
pedir tiempo, porque nuestra respuesta será contundente contra el fascismo”.
Exactamente allí
quería llegar: “no se vale pedir tiempo”. Lo está diciendo Diosdado y no yo.
Pero vengo preguntando cuándo vamos a actuar.
Y es que Chávez nos
llevó por este camino. Cuál, hacer la revolución por métodos pacíficos. Acudir
a las vías electorales para construir desde las instituciones del Estado
corrupto e incompetente, el hombre nuevo que nos lleve hacia el nuevo estado.
Por allí nos llevó Chávez; y a mi juicio tenía razón. Es ese el camino. Pero
hay una expresión de Hugo que nunca dejo por fuera: “somos un pueblo armado,
pero pacífico”.
Y es que yo siento
que no hay otra forma de enfrentar a este suprapoderoso enemigo, si no es con
el pueblo en la calle, la manifestación permanente, el apoyo al líder. Que el
enemigo entienda que estamos resteados con el proceso y vamos a acompañar a Nicolás
hasta sus últimas consecuencias. Y que si bien somos pacíficos, no estamos
desarmados. Por ello me cuadran las palabras de Diosdado, o como dice el refrán
popular “deje quieto lo que está quieto”. No alboroten el avispero, porque
después no se vale pedir tiempo. Porque si eso ocurre, tendremos que decir:
“boto tierrita y no juego más”.
Caminito de hormigas…
Por
un principio
revolucionario, esta columna se opone rotundamente al reacondicionamiento del
coso taurino de Valencia para ir a asesinar o maltratar animales nuevamente,
que en este caso es lo mismo. Esa es una
etapa superada por los carabobeños. Lo otro es retroceder. Esa no es una
condición revolucionaria. Los animales no se tocan… Olga
Cristina Páez, directora de Bibliotecas del estado Carabobo, es militante
de Proyecto Venezuela. No sé qué políticas revolucionarias podríamos obtener de
allí… Todos los carabobeños deberían
conocer el cuento de la réplica de la Espada de Bolívar, ocurrido el pasado 7
de octubre. Se hizo un acto que no fue acto en la biblioteca Manuel Feo La
Cruz. Ni una palabra para el comandante Chávez. Ya está muerto… La administradora de la CHET, recién
venida de la clínica de Raúl Falcón (director del hospital) en donde también
administra, siente la misma repulsión por el poder popular que su jefe… En un
hospital del oriente del país se formó un escándalo porque los consejos
comunales denunciaron la administración de un medicamento llamado Oxitocina al
que se le había formado moho. Ellos mismos descubrieron que lo mismo había
pasado en otros hospitales. Tanto el comprador, como el administrador del
medicamento, funcionarios del MPPS, deberían estar presos… Pregunta:
¿Qué irá a hacer el teniente coronel Pérez, responsable de Mercal Carabobo, con
el cargamento de televisores que llegó y ordenó guardar en depósitos en lugar
de enviarlos a la calle para su venta?
Rafael
Rodríguez Olmos

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