#Opinión:
El Monje de Camoruco por Sergio Márquez Parales
No
dejemos solos al personal del sector salud. Hay que descentralizar las pruebas
PCR
La
pandemia del Covid-19 tomó por sorpresa al mundo y ha venido causando estragos
sin piedad en los cinco continentes que conforman al planeta Tierra.
Sistemas
de salud que hasta hace meses eran reconocidos como “excelentes”, se vieron
colapsados por el avance de este virus que cambió por completo el estilo de
vida de los ciudadanos.
Diariamente
vemos con asombro y preocupación la cantidad de muertes que se reportan desde
cualquier latitud; pero siempre con la esperanza, de que los científicos
consigan elaborar una vacuna que sea capaz de contener el desastre inmunológico
que causa en los seres humanos el Covid-19 (o virus chino si así usted prefiere
llamarlo).
En el
caso específico de Venezuela, es justo y necesario hacer un gran reconocimiento
a todos los héroes anónimos que trabajan en el sistema de salud; no solo por su
amor, dedicación, profesionalismo y
entereza que los lleva a arriesgar sus propias vidas tratando de salvar las de
otros; sino también, porque todos sabemos las precarias condiciones que existen
en muchos de los centros hospitalarios del país, al igual que la falta de los
insumos necesarios para poder realizar una labor eficaz y eficiente en
beneficio de quienes acuden en busca de atención médica; y, si usted a eso le
suma, la presunta falta de interés por
dotar a tiempo a los denominados “hospitales centinelas” con los equipos de
protección tan necesarios para desempeñar una mejor actividad en pro de los
pacientes, nos damos cuenta de que estamos frente a un muy complejo escenario
negativo, cuyas consecuencias lamentablemente observamos a diario cuando en los
reportes de fallecidos aparecen médicos, enfermeros, camilleros y cualquier
persona ligada al sector salud y/o a sus familiares.
La
descentralización de las pruebas para detectar a los posibles contaminados por
este virus es una necesidad prioritaria. Por tal razón, quiero aprovechar esta
columna para hacer un exhorto a las autoridades competentes para que de una vez
por todas entiendan que si queremos tratar de frenar la propagación de la
pandemia, se debe y tiene que actuar con mucha responsabilidad frente a este
mal que viene diezmando a la población venezolana; y precisamente, una forma de
hacerlo es que en cada estado que conforma la geografía nacional, se disponga
de un centro de investigación y evaluación donde puedan llegar las pruebas
realizadas a los supuestos contagiados y así tener la posibilidad real de
disponer de un diagnóstico de su condición en corto tiempo, lo cual permitiría
actuar de inmediato para suministrar el
tratamiento necesario para mejorar la salud del paciente, ya que resulta
realmente inconcebible que aquellas personas que desafortunadamente se han
contagiado tengan que esperar que las muestras sean trasladadas a la capital de
la República y esperar pacientemente su evaluación y posterior emisión de los
resultados, perdiéndose un tiempo valioso que puede transformarse en una
especie de peligrosa “bomba de tiempo”, que de manera altamente letal influye
negativamente en la salud no solo del infectado, sino también en la de sus
médicos tratantes, su entorno familiar y la colectividad donde reside. Por
cierto, este exhorto lleva implícito una revisión urgente y minuciosa de los
sueldos y salarios que devengan nuestros “héroes de la salud”, los cuales están
muy por debajo de lo que realmente debería ser el pago justo que merecen estos
hombres y mujeres para poder vivir dignamente y ayudar a mantener a sus
familias.
Ojalá más
temprano que tarde comience la descentralización de las pruebas y en cada
entidad regional los órganos que manejan lo referente al sector salud, puedan
contar con suficientes instrumentos para diagnosticar a tiempo las infecciones
que por covid-19 en quienes por cualquier razón se han convertido en víctimas
de esta peligrosa enfermedad.
Finalmente,
quiero expresar en mi nombre y el de mi familia, nuestras sentidas y sinceras
palabras de condolencias a todas aquellas familias que han perdido sus seres
queridos a causa de esta pandemia; y muy especialmente, a quienes tenían
familiares que trabajaban en el sector salud y perdieron sus vidas en aras de
coadyuvar esfuerzos para salvar a sus pacientes. Dios los bendiga siempre.
Hasta la
próxima apreciados lectores.

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