Columna de Rafael Rodríguez Olmos
Tanto nadar
para llegar a la orilla
El problema está en cómo le explicó a
Miguelina de 82 años que aún llora
cuando habla de Chávez, que el gobierno decidió negociar con la banca y
con los grandes empresarios a cuenta de que le dieran un respiro. Nada más y
nada menos que con la banca, la principal artífice, la maquinadora, la
planificadora de todas las desgracias que está viviendo el país. ¿O es que hay
algún pendejo que crea que la banca es inocente de la compra de dinero efectivo
y la sacada al exterior? Es la misma banca que planificó el arrebato de los dos
millones de vivienda que les ha dado el Estado a los venezolanos, en un
inocente proyecto que presentó Julio Borges ante la Asamblea Nacional. Papeles
de propiedad para que los propietarios pudieran pedir créditos a cuenta de la
vivienda, los que luego no podrían pagar por las altas tasas de interés, por lo
que la persona terminaría entregando la vivienda. La manguangua aquella de un
gobierno poniendo esfuerzo y recursos para que la banca se los apropiara. Es un
proyecto muy bien pensado para que sea Borges quien lo concibe.
Ahora la banca le pidió a Nicolás 90
días para ponerse al día “tecnológicamente” con el nuevo cono monetario. Y
Nicolás aceptó, pero 60. De pana que Chávez era muy pendejo, pero heredó lo
pendejo en lo demás. No puede ser que nadie en el gobierno no le haya dicho a
Maduro que la banca lo único que está buscando es tiempo para repatriar todo el
dinero que ha sacado del país para hacerle guarimba a la economía. Es decir,
los tipos no van a perder nada. Ahora repatrian los miles de millones de
billetes que tienen fuera y los cambian por los nuevos billetes. Que alguien me
diga en qué país del mundo los bancos piensan en las personas, o en los
intereses de una nación. Como decía un colega colombiano “esos hijos de puta,
no tienen alma”.
Y hablando de alma, nadie en el
gobierno ha explicado cómo es posible que ya hayan atrapado a dos personas con
miles de millones de billetes del nuevo cono monetario. Y no lo han dicho
porque simplemente si lo hiciere, caería algún generalote, algún diputadote o
algún ministrote, de esos que aseguran que son revolucionarios y se visten de
rojo y todo. Lo cierto es que ya cayeron un poco más de siete mil millones del
nuevo cono. Algo peor, 2.7 mil millones fueron encontrados en Paraguay. No se
supone que todo ese dinero debe estar en el Banco Central de Venezuela. Cómo
salió de allí. Misterios de la ciencia.
Y ahora no sé si es más patético el
negocio con la banca o ese ciclo de conversaciones con la empresa privada. Con
la gran empresa privada. No con la pequeña industria, más susceptible de participar
en las tareas de desarrollo del país. Usted lector debe recordar aquella
reunión de Lorenzo Mendoza con funcionarios del gobierno. Previo a ello, Maduro
declaró: “le voy a decir sus cuatros cosas a Mendoza”. Pues fue al revés. Poco
faltó para que Mendoza le dijera que se pusieran en cuatro patas. Les dijo
incompetentes, indolentes, choros, sátrapas, le pidió que le vendieran las
empresas improductivas de harina del Estado a él quien sí las pondría a
producir. Y no pasó nada. Mejor dicho, si pasó. Entre la soberbia del gobierno
y la prepotencia del empresariado, parece que se hubieran puesto de acuerdo
para desgraciarle la vida a la gente. Porque lo que ha ocurrido en estos últimos
cinco años, es que el pueblo ha sido sometido a la más vil de las torturas de
hambre entre un empresario que hace guarimba no produciendo y un gobierno que
no elabora una política que cambie el rumbo de los acontecimientos.
¿Fue necesario ese proceso? Yo digo
que no, si es que el gobierno viene ahora a bajarse los pantalones a decirle a la
banca y a los empresarios, que la vaina era jugando, que es necesario que
regresen porque no pueden recuperar al país.
En esos hechos se inscribe la
liberación de 40 “presos políticos” este sábado, en donde pudimos ver a
personajes que pusieron guayas en la calle para que alguien se degollara, o los
que le pegaron fuego a Orlando Figuera en Altamira, o al general beodo que no
más salir declaró que había que darle muerte al tirano. Este general que le
cargaba el neceser a Blanca Ibáñez, ahora es un héroe de la liberación. ¡Por
Dios! Y habrá algún inocente que creerá que la liberación de este montón de
delincuentes no es parte de la negociación con la banca y los empresarios. A
cuenta de qué el gobierno tendría algún interés en liberar a esa gente. Eso más
el aumento de las tasas de interés bancario y dólares para importación.
El problema está en que el gobierno
está atrapado, entrampado, no sabe qué hacer y no sabe hacia dónde ir. No sabe
qué hacer con los precios ni con la producción, no sabe cómo rediseñar el
movimiento financiero, la deuda externa se acerca peligrosamente a los 500 mil
millones de dólares y el imperio viene por el resto, es decir, a arremeter con
más bríos. Por eso buscan los pactos, los acuerdos, algún canal para que la
banca y la industria se reactive, financien y comiencen a producir.
Pero no hacía falta ser muy lúcido
para saber que eso ocurriría. Y si encima de que el gobierno cerró los canales
de comunicación, tiene en sus activos un montón de empresas quebradas e
improductivas y un bojote de ladrones en el Estado, estaba claro que haríamos
agua. Lo que no entiendo es porqué desde el principio no se dejó que todo
siguiera su curso para no someter al pueblo a la tragedia en la que vive en
estos momentos, cuando debe pagar un millón de bolívares por un jabón de
panela, una vaina que hace dos años costaba 15 bolívares.
La primera promesa de Nicolás en su
campaña es que en 15 días arreglaría este desastre. Pues ya pasaron los 15 días
y no existe ni una sola declaración del gobierno que nos permite saber cuándo
veremos la luz al final del túnel.
En mis análisis he estado hablando de
la implosión del chavismo, ese pobre ser humano que ya no sabe qué hacer por la
agresión permanente de precios y servicios. La gente ha sido paciente y ojalá y
lo siga siendo; y el gobierno ha sido hábil y ha callado al pueblo a punta de
cajas Clap, de las que la mitad se las siguen robando los funcionarios. Cuánto
durará esta situación. Ya no lo sé. Solo espero que muy pronto el gobierno
saque un as bajo de la manga, aunque lo dudo. Tanto nada para llegar a la
orilla.
Caminito de
hormigas…
Monstruoso: ¿Saben cuánto cuesta un
huevo en el sur de Valencia? 100.000 bolívares en efectivo y 300.000 por
transferencia. Uno solo, no un cartón, coño. ¿No entendió? Un solo huevo.
En
dólares: En el colegio San Gabriel Arcángel, ubicado en el norte de
Valencia, un cupo cuesta 250 dólares. Todos los colegios de esta parroquia, San
José, cobran en dólares, en algunos el cupo cuesta hasta 500 dólares.
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