Columna del General Seijas Pittaluga
La
indispensable unidad
Ya
don Simón, desde hace unos doscientos años nos exhortaba: “¡Unión! ¡Unión! ¡O
la anarquía os devorará!” Y en otra
ocasión explicaba que: “La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división
si llega a introducirse entre nosotros”.
Pero eso pareciera que en estos días que corren algunos no lo entienden. Y dedican bastante tiempo en criticar los
esfuerzos que se hacen en favor de la unidad.
Pero sobre todo a los actores que buscan la amalgama de la mayoría de
los venezolanos que desean una Venezuela mejor que la que estamos viviendo. Todos tienen defectos, todos tienen tachas,
no hay nadie sano para esos catones de a tres por locha. Que algunos tienen máculas y agendas
personales, los hay. Pero achacarles
esas máculas a todos es un ejercicio de estereotipación llevada al extremo.
Que
había gente dentro de la Coordinadora Democrática que estaba allí para tirotear
todo lo que se proponía, y que eso lo hacían por encargo del régimen y mediante
un estipendio, los había. Y por eso
implosionó ese primer ensayo de alianza.
Un tanto para los rojos. Después
se configuró la Mesa de la Unidad y con ella los que aspiramos a una Venezuela
mejor obtuvimos más más de un logro.
Mejor dicho: muchos logros. Y,
por eso, con la mano zurda, quienes reciben órdenes de Cuba —recordemos que los
rojos son expertos en eso que se ha dado en llamar “fake news”— maximizaron algunos errores tácticos en los que
incurrió la MUD y lograron sembrar la impaciencia, la duda o el temor en
algunos venezolanos. Y repitieron el
proceso que sirvió para acabar con la Coordinadora: metieron la disensión negociando
subterráneamente con algunos de los actores, promesas van y promesas vienen y
aparecieron varios caballos de Troya.
Que fueron detectados, pero contra los cuales no hubo una neutralización
eficiente y, por lo cual, se aceleró el deterioro de la unidad. Otro punto en el marcador para los rojos.
Ahora
se está comenzando a configurar un Frente Amplio que intenta hacer realidad lo
que todos aspiramos: salir de la runfla de rateros e ineptos que desmanda en el
país desde hace casi veinte años. En su estructura
se buscó compensar lo que tanto se le criticó a la MUD: que solo estaban
representados los partidos políticos.
Por eso, en la búsqueda de la perfectibilidad, ahora se incluye a
gremios, académicos, militares en retiro, jerarquía eclesiástica, jóvenes,
etc. Y todos ellos tratan de hacer bueno
el nombre escogido: un frente lo más amplio posible para salvar a
Venezuela. Pero ya salieron los
censores. Unos de buena fe, otros por
meros lenguas-de-hacha y otros más, no podían faltar, tarifados por la nomenklatura. ”¿Y qué hacen los curas ahí?”, “¿A cuenta
de qué aparece Fedecámaras?”, “¿Pero no dizque había que salir de los partidos
corruptos?” Y, así, ad infinitum. Quienes así
actúan caen en la falacia del nirvana. Y
se les olvida aquello de Voltaire que “lo perfecto es enemigo de lo bueno”.
Este
es el momento de tratar de avanzar hacia el objetivo con una masa crítica
encomiable, sin importar que no sea perfecta.
La composición heterogénea del frente, al tiempo que permitirá lograr buenos
resultado en un tiempo razonable, pudiera conseguir que los esfuerzos de
penetración por parte del régimen sean nugatorios. Ni los representantes de la Iglesia, ni los
universitarios van a aceptar trapisondas, y las denunciarán apenas las
detecten. Todos deben tener presente
algunos pedazos de la Carta de Jamaica acerca de la “heroica y desdichada
Venezuela”: “… sus devastaciones (son) tales, que casi la han reducido a una
absoluta indigencia y a una soledad espantosa (…) Sus tiranos gobiernan un
desierto; y solo oprimen a tristes restos que, escapados de la muerte,
alimentan una precaria existencia”.
Tiranos iguales o peores que los de antaño son los que desmandan hoy en
Venezuela. Contra esos es que debe
dirigirse el esfuerzo nacional, no contra quienes, velis nolis, conforman el frente.
Aguantémonos las ganas de despotricar contra ellos. Le estaríamos haciendo el juego a los siervos
de la gerontocracia cubana. Esta fue la
que inventó la dizque ANC; a ninguno de nosotros se nos pidió opinión sobre si
la queríamos. Y esta fue la que ordenó
la farsa del 20-M. Quien asista a ella
bien bolsa es: solo servirá para maquillar a alguien que está en las
últimas. Y por eso, precisamente, es que
necesitamos la unión nacional que propicia el Frente Amplio: para enfrentar y
salir del régimen sustentado por los colonizadores cubanos mediante unas
elecciones de verdad-verdad, no como la morisqueta que propician los
maduristas…
Otrosí regional. Muchos
vemos con preocupación algo que está ocurriendo en la comunidad universitaria
carabobeña. Parece que hay una espada de
Damocles sobre Egreamigos porque alguien ha propuesto en el Consejo
Universitario de la UC que cese el apoyo que se le presta a Egreamigos —que no
es en dinero sino en una media docena de empleados destacados para laborar
allí. Todos los fondos que obtiene esta
organización los obtiene, como su nombre lo dice, entre egresados de la UC y
amigos de esta. El aula magna es un logro
enteramente de Egreamigos y una realidad que ha costado años y esfuerzos. Todavía le falta, pero cuando esté terminada
será un complejo cultural sin parangón en Venezuela. De hecho, aún sin terminar, ya se lleva a
cabo conciertos, exposiciones y otras expresiones de la cultura. Quitarle los empleados con la excusa de que
hay que reducir costos presupuestarios, es una falacia. Porque no se va a salir de ellos, sino que
serán traslados a otros menesteres. Lo
más probable, menos trascendentes. A un
simple pepa-asomao como yo (no lo niego) le parece que la medida solo es
causada por intereses políticos con “p” minúscula. Hay que pensar con más altura de miras…

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