Columna de Julio Castellanos
Venezuela
necesita Politólogos
Por los años 2003 y 2005, en Valera, estado
Trujillo, conocí al politólogo Luis Coronado. Quien fue profesor en materias
relacionadas a Políticas Públicas y el tutor de mi tesis de pregrado
"Desinstitucionalización partidista: Un Acercamiento a la Neo
institucionalización de los partidos políticos Venezolanos". Tengo muchos
años sin estar en contacto con quien considero un maestro que tuvo una
influencia determinante en mí y, particularmente, ahora que también tengo
responsabilidades docentes, recuerdo una de sus interesantes clases: "El líder
tecno democrático".
En esa clase, Luis Coronado mostró al conjunto de
mis futuros colegas (muchos de ellos hoy en el exilio) que de los politólogos
en Venezuela, en este presente de predominio militar, de barbarie, de
preminencia de la ignorancia y brutalidad en el ejercicio del poder, no puede
esperarse ni preciosismos, ni academicismos, ni aislacionismo escolástico sino,
a contracorriente, compromiso para usar el conocimiento y liderar la
transformación del país. Esos politólogos, que se forman en las distintas
escuelas de gobierno que aún persisten actualmente en Venezuela, deben ser líderes,
tecnológicamente aptos y profundamente democráticos, dispuestos a emprender, la
lucha contra el fusil y la necesaria imposición de la ley.
Esa clase, lo admito, cambio mi vida. Inmediatamente
me reconcilié con la tradición política de mi familia, empecé a dar mis
primeros tropezones con la dirigencia estudiantil y al egresar me enrolé en AD.
Mis colegas trujillanos hicieron lo propio, en COPEI, en PJ y en otras
organizaciones. Lastimosamente, esa generación de politólogos, "tecno
democráticos" como dice Coronado, fuimos una excepción. La Escuela de
Ciencia Política de la Universidad Valle del Momboy fue cerrada y en el resto
de las escuelas de gobierno hay un ambiente contranatural en las cuales se
evita que los estudiantes se "contaminen con la militancia política",
una supuesta asepsia que intenta formar politólogos que no se relacionen con la
política.
¿Qué sucede en el resto del mundo? Pues, me cuentan
mis colegas recibidos con los brazos abiertos en Perú, en Ecuador, en
Argentina, en Chile y en España que los politólogos allí tienen ley de
ejercicio, tienen un colegio profesional que los agremia (y eligen a sus
representantes gremiales por votos), tienen estándares para el cobro de sus
servicios profesionales y sus clientes, entre otros, son los partidos políticos
de aquellas naciones, que a diferencia nuestra, entienden que la democracia es
esencialmente participación cívica en el escenario público. Los politólogos
allá son agentes de transformación social antes que eunucos políticos.
Me llena de esperanza colaborar con mi rudimentaria
experiencia con la naciente Escuela de Estudios Políticos de la Universidad de
Carabobo y pido con mucho tino y respeto a mis colegas docentes que nos hagamos
eco de esa sociedad que, fuera de las cuatro paredes de los salones de clase,
pide a gritos orientación, guía y líderes. Esa sociedad, la venezolana, está
harta de uniformes militares, de charreteras, de escuchar discursos nutridos de
"millones y millonas" de improperios, desea lideres formados para
gobernar. Pero, como decía Juan Jacobo Rousseau, "El que quiere los fines,
también quiere los medios", el que desea gobernar, desea ganar elecciones,
para ir a elecciones se debe organizar partidos, para organizar partidos se
debe ser militante y para ser militante se debe participar en política.
#VenezuelaNecesitaPolitologos
Julio Castellanos / @rockypolitica / jcclozada@gmail.com

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