El
Monje de Camoruco
Por
Sergio Márquez Parales
Columna 17-10-2017
Elecciones regionales dibujaron un complicado
mapa político y dejaron a más de uno con los crespos hechos
Independientemente de que el PSUV una vez más
echó mano de su bien organizada maquinaria electoral y de que la abstención le
jugó una mala jugada a los candidatos opositores, la dirigencia nacional de la
coalición opositora y por ende, sus estructuras regionales, deberán hacer una
reflexión descarnada de lo ocurrido en algunas regiones del país. Si bien es
cierto que en Aragua todo el mundo sabía que Ismael García sería derrotado, no
solo por su gris desempeño; sino también, por la forma como manipuló las
primarias en esa entidad, no es menos cierto, que en Carabobo las cosas no
debieron ocurrir de la forma en que concluyeron. Por otra parte, el hecho de
que los estados fronterizos en su mayoría quedaron en manos de la oposición, es
un alerta al gobierno del presidente Nicolás Maduro que tendrá que hilar muy
fino frente a esa realidad.
Nuestro equipo de trabajo; dicho sea de paso,
auxiliado por el grupo de investigación dirigido por el profesor Juan Carlos
Pasquez, tuvo siempre el reflejo del ascendente y constante crecimiento de la
candidatura de Rafael Lacava y por más que intentamos en repetidas
oportunidades presentar ese trabajo a la consideración de los dirigentes
cercanos al candidato de la MUD, jamás fuimos atendidos; entre otras cosas,
porque prefirieron creer en quienes señalaron que Capriles derrotaría a Chávez;
o, en los que se acercaban ofreciendo resultados ampliamente favorables por
aquello de que a nadie le gusta que le digan la verdad.
Por supuesto, Rafael Lacava resultó ser un “fenómeno
electoral”, digno de análisis muy extensos porque entre otras cosas, no es
fácil quitarse de encima una ventaja de 52 puntos porcentuales para ganar unas
elecciones en un escenario totalmente adverso, sin dejar de mencionar otros
obstáculos que se fueron presentando en el camino.
El desconocer los resultados como estrategia
nacional, no va a ser tan fácil; sobre todo, porque a nivel internacional y en
nuestro país, siempre hubo voces que intentaron aconsejar o exhortar a una
dirigencia de la MUD ávida de poder, que vio como un melón la posibilidad de
obtener poderes regionales, olvidando el mandato que sus militantes les habían
dado el pasado 16 de julio. Por si esto fuese poco, fuentes internas nos
aseguran que en muchos estados, las plataformas electorales de la oposición no
poseen la totalidad de las actas, requisito indispensable para poder demostrar
las irregularidades que denuncian reiteradamente.
En el norte de Valencia se selló la derrota
de Feo la Cruz, allí el gran ganador fue Pablo Aure, quien mantuvo una postura
similar a la de María Corina Machado, en el sentido de que, aunque no hizo un
llamado frontal a la abstención, manifestó de manera clara y razonada su
posición de no acudir a votar en las regionales; pues a su juicio, el solo
hecho de participar en ese proceso, era echar por tierra la lucha emprendida
por salir rápidamente del gobierno del presidente Nicolás Maduro; y, darle
validez a la Asamblea Nacional Constituyente.
A pesar del gran dispositivo que ejecutó la
MUD Carabobo, en su mayoría las unidades de transporte se quedaron vacías a las
puertas de los centros de votación reubicados a la espera de la asistencia de
los electores más seguros con los que contaba la oposición carabobeña y ya a
tempranas horas de la tarde, voceros angustiados empezaban a buscar culpables
de la catástrofe que se avecinaba. Sin embargo, en Valencia ganó Alejandro Feo
la Cruz por algo más de 10 mil votos. Como padres de esa victoria municipal
algunos señalan al equipo del alcalde Miguel Cocchiola; mientras otros,
destacan la incansable labor de Argenis “Goto” Ecarri, Carlos Lozano y los
muchachos de Primero Justicia.
Oportuno es destacar que las organizaciones
políticas que más aportaron votos a Alejandro, fueron en estricto orden de
votación: Primero Justicia, 154.214; Voluntad Popular, 110.239; AD, 96.783 y
Copei 26.754. De respetarse los acuerdos previos, el candidato a la alcaldía de
Valencia debería seleccionarse entre Marco Bozo de Primero Justicia y Julio
Castillo de Voluntad Popular, por lo que a pesar de la votación obtenida por
AD, su aspirante deberá plegarse a alguna de las opciones mencionadas
anteriormente.
En lo que respecta a la votación de Rafael
Lacava, el PSUV aportó 398.438 votos; mientras que el PCV sorprendió con
34.130; Tupamaros aportó 11.072; Alianza para el Cambio, 9.707; MEP, 8.569 y
PODEMOS desciende vertiginosamente pues solo alcanzó 7.084 votos. En nuestra opinión,
el PCV se convirtió en el guardaespaldas electoral del candidato oficialista.
La votación de Pablo Da Costa, básicamente identificada
con movimientos cristiano evangélicos, se convirtió en la tercera fuerza del
estado aunque muy lejos porque obtuvo 3.431 votos, pero con el aliciente de que
ante un escenario polarizado, pueden planter algunas alternativas municipales.
Finalmente, pensamos que los votos obtenidos
por Octavio Táriba, Luis Gallo y Miguel Pineda, fueron de carabobeños que de
manera sincera y espontánea apoyaron a estas alternativas que más temprano que
tarde ocuparán espacios importantes en la vida política regional.
Hasta nuestra próxima entrega

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