Columna de Eduardo Fernández
Dolor por España
El drama político que está atravesando España parece
una tragicomedia. Después de tres años de guerra civil y de cuarenta años de
dictadura de Francisco Franco, los españoles tuvieron una transición ejemplar,
dirigida por Juan Carlos de Borbón y Adolfo Suárez. Eso ocurrió hace cuarenta
años. Desde entonces, España ha tenido un crecimiento fenomenal.
Ahora está armado un lío incomprensible para los que
no somos españoles y sospecho que también difícil de comprender para los
propios españoles.
En diciembre del año pasado, los españoles
concurrieron a las urnas electorales para elegir un nuevo parlamento. En esas
elecciones ganó el Partido Popular liderizado por el actual presidente del
gobierno, Mariano Rajoy. El triunfo electoral, sin embargo no les concedió una
mayoría absoluta. El régimen bipartidista que había prevalecido en las
legislaturas anteriores fue sustituido por un sistema pluripartidista. Rajoy no
logró los votos necesarios para presentar su candidatura para presidir el
gobierno a la consideración de las cámaras.
Pedro Sánchez, líder del segundo partido en votación
en el parlamento presentó su nombre y tampoco logró los votos necesarios.
Hubo que convocar de nuevo al electorado. Los ciudadanos
ratificaron, esta vez con más fuerza, la mayoría del Partido Popular y del
Presidente Rajoy. El Partido Socialista obtuvo una votación peor que en las
elecciones anteriores, pero logró mantener su condición de principal partido de
la oposición.
Al concluir las elecciones, el Presidente Rajoy
manifestó su inclinación a formar gobierno con el Partido Socialista. Sería la
repetición de la exitosa experiencia que se viene dando en Alemania con lo que
ellos llaman “la Gran Coalición”.
La propuesta de Rajoy al Psoe reconoce la tradición
constitucional de ese partido que es la otra fuerza política con experiencia de
gobierno.
Al Partido Socialista Español no se le está pidiendo
que renuncie a su condición de alternativa, ni a sus postulados programáticos.
Lo que se le está pidiendo es que tome en cuenta los intereses superiores de
España y facilite la constitución de un gobierno que pueda gobernar.
Es insólito que el sectarismo, la intransigencia y los
intereses partidistas puedan prevalecer por encima de los intereses superiores
de la nación española. Actitudes como esa contribuyen al desprestigio de la
política y de los políticos. Echa uno de menos la categoría de líderes como
Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar que fueron capaces, en su
momento, de colocar a España por encima de banderas partidistas.
Seguiremos
conversando
@EFernandezVE
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