Columna de Rafael Rodríguez Olmos
Traición a la patria
Todo
aquel que esté de acuerdo con que se produzca una invasión en el país, es, ni
más ni menos, un traidor a la tierra que lo vio nacer.
El
pana Simón lo tenía tan claro que debió emitir aquel decreto de guerra a
muerte, según el cual, todo aquel que tuviera pinta de gallego, canario, que
fuera blanco lechoso, y que dijera josuuu o, me cago en Dios, casi por derecho
le salía darle matarile, aunque fuera inocente. Era una coyuntura terriblemente
difícil la que vivía el país y el Libertador consideraba que era estrictamente
necesario ponerse duro, porque de lo contrario, se corría el riesgo de perder
la república. En documentos posteriores, Bolívar dejó entrever que no le gustó
la medida, incluso de arrepentimiento.
Lo
mismo le ocurrió cuando aquel decreto según el cual todo aquel funcionario que
se hubiera robado un peso de las arcas del Estado, también debía pagarlo con su
vida. Y en lo personal creo que fue el más duro combate a la corrupción que se
ha hecho en Venezuela hasta nuestros días. Si bien este gobierno tiene
corruptos como arroz picado, no es menos cierto que el gen está en la Cuarta
República, razón de la aparición de un hombre llamado Hugo Chávez. También en
documentos posteriores, Bolívar dio a entender que se arrepentía pero que era
una medida necesaria. Y creo que tenía razón.
Ahora,
de allí a querer ver a los Marines desembarcar en las costas venezolanas, es no
solo una traición a la tierra que lo vio nacer; es además una demostración
total de ignorancia en cuanto a saber lo que eso significa, y más aún, suponer
que un soldado en tierra extranjera que lo detenga en una alcabala le va a
preguntar si es chavista u opositor. Para nada. Lo tratará como tratan los
invasores a la gente de tierras invadidas: como mierda. Lo empujarán, lo
maltratarán, le jorungarán sus partes, les tirarán los documentos en la cara, y
una larga cadena de etcéteras que solo indican el desprecio que sienten por la
gente. No es de otra forma, todo invasor es un agresor por naturaleza porque su
actuación se basa en el principio de que todo el mundo le quiere hacer daño y
en consecuencia deben aterrorizar.
Esto
viene al caso porque ya la oposición le acaba de evidenciar a Washington que no
son capaces siquiera de ser terroristas eficientes, a pesar de que tenían los
elementos cuando por la ineficiencia del Psuv y las patéticas políticas del
gobierno, una vez ganado el parlamento nacional, fueron incapaces de orientar
políticas en la dirección correcta de hacer que el malestar del venezolano se
hiciera tan desesperado que lo obligara a lanzarse a la calle a buscar salidas,
pero sin Maduro. Torpemente pensaron que el gobierno solo necesitaba el tiro de
gracia y la gente lo acompañaría -en sus más torpes aún- modificaciones de
leyes
Y
siguen empeñados en dar pasos en la dirección incorrecta cuando insisten en un
revocatorio que debió hacerse la semana pasada, razón por la que el más torpe
Henrique Capriles aparece una y otra vez en escena para tratar de demostrar
una razón que no le asiste. Acción que
los tiene divididos por cierto, porque no todos están de acuerdo en que ese es
el camino. Pero además, con el hándicap de que, salvo algunos personajes
serviles como Luis Almagro, sus adeptos internacionales no asumen
posiciones más allá de las protestas de
rigor. Las posiciones oficiales, pues. Para evidenciar su oposición al
chavismo.
Y
nuevamente apelan al recurso de la violencia, vista sus tres fallidas
convocatorias a marchar, para ver si con un golpe de suerte logran que el país
todo se levante y acabe con todo. Ya lo dice el refrán “deseos no empreñan”. Se
necesita algo más que un montón de bestias ignorantes y con mucho odio, para
acabar con un gobierno, el que sea. Mucho menos este que tiene todos los
recursos del Estado consigo, los institucionales, los jurídicos y los
represivos. El simple hecho de no entender eso, es suficiente para que no
entiendan el nivel de ignorancia que viven.
Es
una oposición tan torpe que no ha hecho una sola propuesta en el camino de la
reconstrucción del país –si es que está destruido como dicen ellos- mucho menos
por dónde habría que comenzar. Buscan un poco de muchachos, adiestrados en el
animalismo, jóvenes que tienen a José Pérez Venta como su ídolo, a quienes les
importará poco matar a alguien, o simplemente matar a una mujer, luego violarla
y después descuartizarla, tal como lo hiciera su héroe.
Ahora
invocan a los Marines para que fuerzas de desembarco tomen posesión del país, ignorando
que si bien Estados Unidos necesita salir del chavismo y de Maduro de una vez
por todas, no tiene ningún interés en invadir Venezuela. Sería un nuevo dolor
de cabeza y no tiene suficiente aspirina. Mucho menos cuando Rusia y China, las
otras dos superpotencias advierten que meterse con Venezuela es trastocar sus
intereses. Así funciona la diplomacia. ¿O están suponiendo que un país al que
Venezuela le debe 60 mil millones de dólares, que no tiene petróleo y que lo
encontró en la nación con las mayores reservas del mundo, dejará que las tropas
del imperio entren como Pedro por su casa?
No
entender que el país es algo más que 50 pichones de asesinos yendo al CNE a
matar policías, es no entender la realidad. Más aún, es suponer que sus propios
votantes son tan estúpidos, que a pesar de deseos de ver muerto a Maduro y
desaparecido al chavismo, creen que es así como se resolverán los problemas. No es así. En la
oposición, si bien hay asesinos, y pichones de asesinos, también hay gente con
cinco dedos de frente que conoce las consecuencias de una locura.
Si
el gobierno logra reorientar los problemas económicos, y Pérez Abad y Farias lo
aseguran, si el petróleo sigue aumentando, y esa es la tendencia; y si sigue
lloviendo en el Guri, se les hará imposible regresar al revocatorio, a pesar de
la incompetencia del gobierno. Y como no tienen otra carta que no sea la
locura, entonces sí tendrán chavismo para rato.
Y
eso que aún no toman en cuenta un factor que es fundamental. Tampoco el
gobierno lo quiere tomar en cuenta. Rondón no ha peleao. Esa es un arma que
hasta el mismo gobierno siempre le ha tenido miedo. Se lo tuvo Chávez y
confiaba en él. Deberían entender que ese pueblo tiene 500 años peleando y que
nada le es extraño. A todo está acostumbrado. La oposición aún no sabe de qué
tamaño es su capacidad.
Y es
allí donde también debe volver el gobierno, antes de que el propio Rondón le
pase por encima.
Caminito
de hormigas…
La
reciente derrota de la oposición en su
convocatoria a marchar al CNE y no salir de allí hasta que Maduro no
renunciara, dejó en la oposición un sabor mucho más amargo del que había. María
Machado está pidiendo cabezas, especialmente la de Henrique quien acaba de
evidenciar que no convoca a nadie… A la futbolista Daniuska Rodríguez
le entregaron un apartamento en Ciudad Chávez que le quitaron a un humilde
trabajador de la gobernación. El pobre lo estaba acomodando para mudarse. “Pero
lo que me da arrechera Olmos es que se lo quitaron a ese pobre diablo y no le
quitaron a ninguno de los 80 funcionarios que tienen apartamento allí, pero que
nunca se van a mudar porque tienen sus casas donde viven. La hipocresía es que
la mamá de esta futbolista estuvo tres años pidiendo una vivienda y nadie se
ocupó de ella. Tenía que ser una campeona para que le pararan bola, pero le
dieran lo que le quitaron al más pendejo. Ese es el socialismo de la
gobernación, Olmos”… En la avenida Aranzázu los
cachaperos están haciendo las cachapas con maíz para animales. A pesar de que
se les explicó que ese maíz tiene químicos, orine de ratas y bichos, los
comerciantes siguen haciendo las cachapas con él. Es más barato y más fácil de
conseguir. Que no digan los de salud que no lo sabían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario