Del presidio y el método Fujicapone
Humberto
Seijas Pittaluga
Todas las semanas, recibo
bastante de eso que los pitiyanquis llamamos feedback de las cosas que escribo por estos medios. Hay una buena mezcla de felicitaciones,
concordancias, rechazos y mentadas de madre.
Y, para alivio mío, abundan más las primeras que los segundos. A todos, tanto a los detractores como a
quienes me dan estímulos para seguir, trato de contestarles y agradecerles
porque demuestran que hay quien lee mis loqueras. Pero, además, de cuando en cuando, recibo
mensajes de algunas personas que se acuerdan de mi empeño en el buen uso del
lenguaje, mi afición por la etimología y mi casi manía de corregir a quienes
desbarran, sobre todo si tienen como profesión una que exige un buen
decir. A mis lectores de antiguo les
consta que abogados, periodistas, locutores y otros oficios parecidos han sido
objeto de mis dardos.
La semana pasada, recibí uno
de esos correos; me lo envió el ingeniero Fernando Azouth
, a quien no tengo
el gusto de conocer. Me gustó tanto el
intercambio que tuvimos que le pedí permiso para emplear en este artículo tanto
su nombre como parte de sus aseveraciones.
Así que lo que sigue es una glosa de lo que opinamos ambos. Comenzó como algo acerca del buen decir y, ¿cuándo
no?, acabó reprobando al régimen y algunos de sus personeros. Veamos.
El Ing. Azouth criticó el uso
que Tulio Hernández le diera a una palabra en un, por lo demás, excelente
artículo que este sacó en El Nacional el pasado 17, “El método Fujicapone”, que
recomiendo ampliamente. Les dejo dos parágrafos
de ese artículo: “…el ‘método Fujicapone’, una técnica de
gobierno que consiste en actuar de manera explícita e intencionalmente
delictiva pero intentando mantener al máximo y por el mayor tiempo posible la
sensación de legalidad”; y “Al final Capone se descuidó con los impuestos y
Fujimori paga una pena de 25 años en una cárcel peruana. También los métodos delictivos
tienen fecha de vencimiento”.
En ese escrito,
Tulio narró que "Carreño subiría atropelladamente al ‘presidio’ calificando..." Y llegamos donde la burra tumbó a
Genaro. Lo pongo en las palabras del
ingeniero: “…el uso de la palabra es incorrecto. Siempre que vi error similar,
me vi en la tentación de usar la palabra “presídium”, creyendo que era la palabra correcta; pero
no queriendo cometer error yo mismo, consulté el llamado ‘mataburros’ (…) y
encontré lo que a continuación adjunto”. Agrego yo que lo que sigue es un resumen
porque las acepciones ocuparían el resto del espacio que me queda. Resulta que “presidio” es, como todos
sabemos, tanto un establecimiento penitenciario
como una condena del Código Penal. Y
“presídium” es como llaman los comunistas tanto al comité de dirección del
partido como al órgano superior de gobierno —corporaciones que, como sabemos y
sufrimos, tienden a confundirse en la ideología marxista. El ingeniero Azouth le
propuso a Tulio que empleara “tribuna”; la cual, también de acuerdo al
DRAE es la “plataforma elevada desde la cual se lee o perora en las asambleas”.
Es obvio
que en mi contestación, que es lo que sigue más abajo, tenía que estar de
acuerdo con todo lo dicho anteriormente.
“Ingeniero, muchas gracias por
mencionarme, por tomarse la molestia de hacerme saber lo que piensa y por creer
que yo —humilde pichón de lexígrafo (no creo que la palabra esté admitida por
la RAE, pero expresa lo que quisiera llegar a ser algún día) y aficionado a la
etimología— pudiera aportar algo a lo aseverado por usted.
Déjeme que le diga que está
usted acertado un ciento por ciento en sus afirmaciones. Cualquier término que
no sea ‘presidio’ le cabe al lugar desde donde algunos nos hacen reír y que
oficialmente se le llama: ‘tribuna de los oradores’. Lamentablemente, lo de ‘orador’
lo tienen muy poco quienes hasta recientemente fueron mayoría y tomaban la
palabra desde allí, más que todo, para desbarrar. Hace poco, por ejemplo, un ‘tribuno’ rojo le
echaba la culpa de la escasez de agua en los embalses a la ‘climatología’ —que
no pasa de ser el estudio de los fenómenos atmosféricos— cuando lo que debía
decir era: ‘clima’. Pero que hablen bien quienes solo han sabido tirar
piedras y robar al erario es como pedir mucho; casi como ‘pedir peras al horno’,
como dijo alguna vez uno de los solones criollos.
Además de la ‘tribuna’ que
usted acertadamente propone, también pudiera haber usado: ‘tarima’. Y
‘púlpito’, dado que algunos de ellos intentan pontificar desde allí. Y cuidado
si hasta ‘proscenio’ porque a otros —por imitación del muerto fallecido— les da
por desarrollar el pedacito de histrión que tienen. Por el contrario, ‘presidio’
es el lugar al cual debieran llegar muchos de esos diputados, pero no como La
Fosforito —para sentarse (y quién sabe qué más) en la cama de un pran—, sino
para pagar ‘cana’, si me permite el empleo de una palabra del lenguaje
coloquial. Para iniciar esa columna de ingreso a la cárcel, propongo a Pedro ‘Luis
Vuitton’ Carreño, quien todavía nos debe una explicación por las cédulas que
nos iban a hacer los cubanos y que salían a 20 dólares cada una (sin duda un
sobreprecio enorme), y por el monto millonario que, en ese contrato leonino,
quedaba a la discreción de él. Por
cierto, que de discreto tiene poco quien viaja medio mundo para ir a ver
carreras de Fórmula 1 (cuidado si haciendo un toque ‘técnico’ en algún paraíso
fiscal) y le regala un auto Mercedes Benz a la hija...”
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