Columna de Eduardo Fernández
Por amor a Venezuela
Todos somos venezolanos. A todos nos duele Venezuela.
Todos sentimos amor por nuestra patria. Por amor a Venezuela debemos hacer algunas
cosas.
En primer lugar, deberíamos tomar conciencia de que el exceso de confrontación no nos ayuda. El país demanda un clima de sosiego, de paz, de serenidad, para procurar los acuerdos indispensables para superar la crisis.
Tenemos 17 años de confrontaciones inútiles, conflictos que han contribuido a agravar nuestros problemas. Hoy tenemos una crisis económica sin precedentes, con la más alta inflación del mundo, con una caída brutal del producto interno, lo que significa empobrecimiento creciente, con un dramático desabastecimiento y con una disminución acentuada de la calidad de la vida de todos los ciudadanos.
Las consecuencias sociales de esa crisis económica son también alarmantes. Cada día que pasa nos hacemos más pobres todos los venezolanos. Algunos podemos aguantar más que otros. Los progresos sociales alcanzados en los años de la bonanza petrolera se están esfumando. Hoy hay más pobres en Venezuela que los que había hace 20 años y la situación se agrava cada día.
El año 2016 amenaza con ser bastante peor que el que acaba de terminar. Y eso es mucho decir. El año 2015 fue un año terrible. No hay tiempo para seguir postergando los cambios.
Tres fundaciones que llevan nombres de venezolanos muy distinguidos: Alberto Adriani, Arturo Úslar Pietri y Arístides Calvani, nos hemos puesto de acuerdo para proponerle al país una agenda de unidad nacional. Esa agenda comprende cuatro temas: en primer lugar, fortalecer la arquitectura institucional del Estado democrático, conforme a lo dispuesto en la Constitución nacional.
El segundo punto se refiere a la reactivación del aparato productivo interno y la promoción de empleo digno, productivo, estable y bien renumerado. Se trata de superar la crisis económica y poner a Venezuela a producir y a crear oportunidades para todos. En tercer lugar, un amplio programa social dirigido a erradicar la pobreza utilizando dos instrumentos la educación y el empleo. Educación de calidad para todos los ciudadanos, pero especialmente para los más pobres. Y educación para el trabajo en alianza con todas las empresas que existen o que puedan crearse en el país.
Finalmente, una propuesta para promover una política de reconciliación nacional. Hacer prevalecer un clima de respeto, de tolerancia, de diálogo constructivo entre el gobierno y los empresarios actuales o potenciales. Hacer realidad el principio de colaboración entre las diferentes ramas del poder público. Es decir, entre el Gobierno y la Asamblea Nacional.
Seguiremos conversando
@EFernandezVE
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