Columna
de Henrique Salas Römer
El
desastre
En
elevadas instancias del mundo diplomático internacional sorprende escuchar una
y otra vez exactamente lo mismo: “Sabemos que las elecciones del 6D van a ser
un desastre”.
Dilma, la
acosada presidente brasileña, parece compartir esa opinión. Su país no
participará en la Comisión de Observación de UNASUR y en un pronunciamiento
formal, la Corte Electoral de Uruguay señala también sus dudas. "Si no
fuera posible conformar la misión en tiempo y forma", no debería
realizarse (la observación el 6D) para preservar la trayectoria de UNASUR
"a favor del ejercicio democrático en la región" y no perjudicar
"la seriedad y el prestigio ganado en el ámbito internacional". No
hay que ser demasiado perspicaces para descifrar el origen de tanta suspicacia.
Tres razones saltan a la vista. Una, que todos los indicadores serios señalan
que limpiamente el Régimen no puede ganar la elección. Dos, que el Presidente
venezolano ha señalado que su gobierno no permitirá una derrota. Tres, que
ningún país o institución quiere validar con su presencia otra elección
amañada.
El modus
operandi del Consejo Nacional Electoral Comencemos con un hecho: el sistema
electoral venezolano es electrónico, centralizado y de comunicación
bidireccional. Ahora pasemos a las actuaciones: A las 5 pm las autoridades
ordenan el cierre de un 10% de las mesas y se procede a un cuidadoso conteo de
los votos emitidos, realizándose las auditorías y demás normas establecidas. Conocidas
las cifras, la muestra permite proyectar estadísticamente el resultado final,
con un mínimo margen de error. Cumplido legalmente este trámite, comienza la
tramoya.
El cierre
del resto de las mesas (un 90%) se difiere todo lo necesario para dar a los
candidatos del oficialismo la “ayudadita” que requieren para triunfar.
La
reingeniería puede incluir la activación de Mesas virtuales pero lo usual es
aumentar el número de votos del oficialismo para lo cual el CNE tiene a mano un
inventario de los “doble cedulados”, de aquellos que a esa hora no han
concurrido a votar, de los venezolanos que han emigrado, y el de quienes han
fallecido, sin que sus nombres hayan sido retirados del registro electoral.
Esta operación se emprende, por supuesto, luego de “neutralizar” a los testigos
opositores, lo que se facilita al caer la noche, cuando el “poder” disuasivo
del Poder se multiplica, y dada la inseguridad reinante, crecen los temores y
la tentación de regresar al hogar. Hasta aquí el informe preciso que he recibido.
Por
tratarse de elecciones a la A.N., el CNE lógicamente dará prioridad a los
circuitos plurinominales. Son circunscripciones diseñadas para elegir un número
mucho mayor de diputados por votante que aquellas circunscripciones de
tendencia opositora. Recordemos que en el 2010, el PSUV con menos votos,
alcanzó una cómoda mayoría en el parlamento. ¿Qué espera la MUD para exigir un
cierre mandatorio de todas las Mesas a las 5 pm, cuando además existen
legítimas razones de seguridad personal para reclamarlo? Y de hacerlo,
¿Aceptaría tal exigencia un Consejo Supremo Electoral controlado por el
Ejecutivo Nacional? No.
No es
difícil adivinar el origen de las dudas que han llevado a anticipar un
“desastre” a tantas figuras cimeras de la comunidad internacional. Pero,
cuidado, nos corresponde a nosotros y no a ellos ganar la batalla. Si queremos
ser libres y hacernos respetar, lo inteligente es votar.
hsr.personal@gmail.com
@h_salasromer

No hay comentarios:
Publicar un comentario