Recordando a César
Emilio Hernández
En una época en que
lamentablemente la vida del ser humano pareciera no tener ningún valor, suceden
hechos como el que narré, cuando parte de mi familia y yo quedamos atrapados en
medio de una balacera; o, como el del pasado viernes, cuando en San Joaquín
cayó César Hernández al defender a su familia. Independientemente de la
posición política que tuviese César, siempre tuvo la premisa de tender su mano
a quién la necesitara. Yo doy fe de sus gestos, porque sin vivir en San
Joaquín, en una de esas etapas críticas que se atraviesan en la vida; cuando se
enteró, vino en un carro medio destartalado hasta mi casa a socorrerme sin
condición alguna. También cuentan proveedores que trabajaron en ese municipio
durante sus gestiones, que no dejó ninguna deuda pendiente al concluirlas. César, como me duele no poder
estar presente en tus exequias, pero puedes estar seguro que no permitiré jamás
que en mi presencia no se diga nada distinto a ti, que no sea el resaltar tus
condiciones de un buen ciudadano. Paz a tus restos hermano.

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