Columna
de Rafael Rodríguez Olmos
Perdidos
y sin norte
Necesito
que la oposición deje de cometer estupideces, porque es menester hacer muchos
análisis para debatir en torno al re-enrumbamiento de este proceso político que
el alto gobierno llama revolución, pero que ni siquiera es de liberación
nacional. Y ese debate ya había que comenzarlo en vida de Chávez, cuando él
mismo dejaba entrever en sus últimas declaraciones y alocuciones que era necesario
tratar de reencontrar la raíz y la razón por la cual habíamos llegado hasta
aquí.
Es
absolutamente necesario poner el debate en el tapete. Ya sabemos que el alto
gobierno no participará. No le interesa. Le parece nimio que un grupo de
pendejos estemos preocupados por el destino de este proceso, cuando insisten en
decirse a sí mismos la mentira de siempre: la guerra económica esto o aquello,
o los revolucionarios trasnochados traidores de la patria. No sé si alguien
dijo alguna vez la frase “el poder envilece” pero si no es así la asumo para mí
porque me parece precisa.
Y
siento que es un debate que deberíamos
abordar ahora. Pero no encuentro forma de asumir temas tan cruciales, cuando
hay cosas urgentes que no pueden pasarse por debajo de la mesa. Ese es un
estigma de la sociedad moderna. Mafalda decía que la gente dejaba lo importante
porque tenía que hacer lo urgente.
Me
decía un amigo de la oposición que no ve ninguna salida que no sea la derrota
electoral para ellos. “Ustedes van a ganar, pero luego viene el mierdero porque
la gente no aguanta más”. Aprovechándome de la ocasión, le pregunto por qué no
hay una opción inteligente que se presente como una alternativa real al proceso
nuestro. “Olmos porque no sirven para un carajo. No tienen idea de qué hacer.
Tú vas a una reunión de La MUD, y eso es un montón de vanidades en la mayor
fiesta de la mediocridad que yo había vivido. Cómo carajo te opones a Maduro y
este chavismo de mierda que es la peor vaina que le haya ocurrido al país.
Ninguno en esas reuniones propone nada, ni plan de gobierno, ni salida
económica. Nada. Solo esperan al bendito golpe de suerte, es decir, que la
gente se arreche y se tire pa´la calle. Y creo que eso es lo que va a pasar”.
Por
supuesto que me reí, aunque no dejo de reconocerle algunas verdades. Y sin duda
mi amigo no está fuera de la realidad. Si en el chavismo hay que generar un
debate muy profundo desde abajo, desde sus propias entrañas, la oposición tiene
que nacer de nuevo. Jamás en mi vida vi tanto desconcierto en asumir conductas
políticas que efectivamente surtan algunos efectos tanto en el adversario como
en el país. Pero en verdad tengo la certeza de que en la oposición se perdió la
noción de qué es la política, lo que obviamente crea una crisis de orientación.
No saben hacia dónde van. No piensan en la política, no piensan en propuestas.
Es un montón de egos peleando entre sí, pero ni siquiera por algo concreto,
sino por un azar, por si cae el gobierno. A ese mismo amigo, con quien por
cierto tuve una larga conversación, le preguntaba, si mañana cayera el
chavismo, qué harían, cómo gobernarían tantos egos juntos, tantos oídos sordos,
cómo se pondrían de acuerdo para la política internacional, cómo resolverían el
problema petrolero, cuáles políticas sociales eliminarían y cuáles
modificarían.
El
primer análisis que deben hacer es que para cualquier movimiento que hagan,
deben contar con dos elementos que son primordiales: las fuerzas armadas y el
pueblo. Y sin duda, ninguno de los dos está con ellos. Por ahora el pueblo no
muestra ningún interés por perder lo conquistado. Ha crecido lo suficiente para
entender que no es buen negocio apostar a la nada, aunque se arreche todos los
días para hacer una cola y comprar un kilo de azúcar. Y las fuerzas armadas
están demasiados felices haciendo sus propios negocios. No van a dar un golpe
porque ya lo había dado. Nadie se dio cuenta, pero son propietarios del 25% de
poder institucional. No hay un ente del Estado donde no estén metidos y tienen
todos los beneficios, los legales y los no legales. Así que no puede
interesarle la oposición.
¿Qué
le queda a la oposición? Decir estupideces, absurdos, pensar en vacío, o
apostar a la violencia, a que un sector de los militares se arreche, no por
ideales sino por cuotas de poder, e intenten un golpe de Estado.
Es una
oposición que cada vez se aleja más de la realidad y asume posiciones que
quizás en otros tiempos no se percibirían, porque todo el mundo sabe hoy qué es
traición a la patria. Estúpidamente creen que no asumir una posición de defensa
de la soberanía, es plegarse al gobierno. No se dieron cuenta de la enorme
cantidad de simpatías que hubieran ganado si se pliegan al gobierno en contra
de Guyana y el problema limítrofe. Tampoco entendieron el valor de condenar el
decreto Obama contra el país. Como mucho menos entendieron la condenatoria a un
hecho tan abominable como el descuartizamiento que cometió un monstruo
militante de ellos contra una pobre mujer opositora.
Perdidos
y sin norte. No entienden que el chavismo tiene más posibilidad de implosionar
que de ser derrotado. Y tampoco entienden que necesariamente tienen que
detenerse, sentarse, analizar, debatir e iniciar un proceso de purgas para que
la casa quede limpia de nuevo.
Deberíamos
estar felices en el chavismo, porque si hubiera una oposición, seria, sólida,
contundente, con liderazgo y con criterios, quizás estaríamos envueltos en un
baño de sangre. Quizás sería el inicio de la Colombia después del asesinato de
Gaitán en abril de 1948, cuya espiral de violencia aún no se detiene.
Caminito
de hormigas…
La
segunda mayor población penal en Panamá, es la
venezolana. Hay cuatro mil paisanos presos por estafa, robo, fraude, clonación
de tarjetas y narcotráfico. Por cierto, todos opositores… María
Corina sigue tendiendo puentes para ver de
dónde se agarra. Nadie en la oposición quiere tener algo que ver con ella. Está
aislada… La
ciudad Hugo Chávez en Valencia tiene 17
invasiones y no se ha terminado de construir. ¿Cómo les parece?... Pregunta:
Quiénes controlan el negocio del premezclado en el país…

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