Columna de Antonio Ecarri Bolívar
Manuel: ¡bienvenido a tu
tierra!
No conozco cuáles
fueron las razones por las cuales Manuel Rosales decidió venirse a Venezuela, a
sabiendas que lo esperaba la cárcel que ha instaurado este régimen con el solo
propósito de reprimir la disidencia a su pensamiento único. No lo sé, porque obviamente
no tenía por qué consultarlo Manuel conmigo, ni con nadie distinto a su familia
y su partido Un Nuevo Tiempo. Cuando los medios me preguntaron mi opinión les
dije que esa era una decisión privativa de él y su partido, aunque yo prefería
que se viniese después de alcanzado el triunfo electoral que se avecina. Sin
embargo, eso ya es periódico de ayer.
Lo cierto fue que
Manuel, en principio, tomó el camino duro, difícil, desgarrador, del exilio
antes que ser víctima propiciatoria de una orden pública dada por el difunto a
sus tribunales obedientes: “¡Pongan preso a Manuel Rosales”, fue la orden
terminante de Chávez. Manuel la desacató yéndose de Venezuela, pero
dejando un pedazo de su alma en el Zulia, donde ha dado las mejores batallas
por su pueblo y ha construido una familia, unas querencias, que tuvo que
abandonar con el mayor dolor venezolano.
No he conocido, en mi
ya larga existencia, a ningún venezolano que desee convertirse en exiliado.
Todos los que se van, obligados por diversas circunstancias ajenas a su
voluntad, lo hacen con tristeza y lágrimas de dolor. Tampoco he visto a alguien
que voluntariamente quiera estar preso. Manuel ha vivido esas dos experiencias
terribles y las ha asumido con el mayor coraje.
Recuerdo una anécdota
que relieva el dolor por dejar la patria y la calidad humana venezolana. Me la
contó Ramón Rangel, hijo de Domingo Alberto. Cuando Leoni ganó las
elecciones del 63 su compadre y ex compañero
Domingo estaba preso,
por el gravísimo error cometido por él de asumir la lucha armada contra el
gobierno democrático de sus ex compañeros.
Leoni preocupado por la
prisión de Domingo Alberto, le propuso a su compadre - lo que era legal en
aquella época - conmutarle la prisión por extrañamiento del país, mientras se
buscaban fórmulas honorables para el retorno de los guerrilleros a la vida
democrática. Propuesta que Domingo aceptó, para irse con toda su familia a
Italia.
En ese momento, Menca
de Leoni, una primera dama que no le cabía el corazón en el pecho, llamó
a su comadre Consuelo Josefina Mantilla, esposa de Domingo, para decirle,
palabras más o menos, lo siguiente: "comadre, ustedes van saliendo al
exilio y nosotros hace apenas cinco años regresamos de esa condición, por lo
que se y me constan las dificultades que hay que afrontar en el extranjero.
Ramoncito, tu hijo menor (para la época) está muy chiquito, ¿por qué no nos los
dejas mientras ustedes están fuera del país? Así fue cómo Ramón, hijo de
Domingo, se crío en La Casona como un hijo más de la pareja presidencial,
mientras su padre iniciaba el duro camino del exilio. Ramón me confesó,
conmovido, que era tratado con preferencia, para que nunca se sintiera por
debajo del trato a los hijos de la pareja.
La anécdota viene a
cuento, para contrastar la calidad humana de venezolanos llenos de nobleza,
como aquella pareja presidencial, hechos de la madera que sirve para hacer
santos, con otros que parecen haber sido hechos (Prieto dixit) con aquella otra
madera que solo sirve para hacer leña.
Quienes no estamos en
la lucha política como aficionados de week end y conocemos, por experiencia
propia o de nuestros compañeros, la dureza de la cárcel o el exilio, nos
produce indignación, rayana con el asco, al ver y oír a unos energúmenos que
nunca han arriesgado nada, guerrilleros del twitter, generalmente escudados en
el anonimato, lanzar mentiras, calumnias y un manto de dudas sobre la conducta
de un político resteado contra el régimen como Manuel Rosales. Sus difamadores
parecen haber sido construidos con la madera que solo sirve para hacer leña.
Manuel es el líder de
uno de los partidos más importantes de la alternativa democrática (UNT), cuyos
militantes dejan todos los días el pellejo en las calles, en barrios y
comunidades de toda Venezuela, en su lucha por el rescate de la democracia para
todos, incluyendo, cómo no, a los necios que difunden esos execrables
infundios.
Bienvenido Manuel a tu
tierra, donde todos tus compañeros de la socialdemocracia venezolana te
queríamos ver, aunque sea preso, por ahora, para que nos ayudes con tu firmeza,
tu liderazgo en el Zulia y en toda Venezuela a ganar, abrumadoramente, las próximas
elecciones parlamentarias.
Te prometemos que en
Enero, la primera ley que vamos a proponer en la nueva Asamblea Nacional es la
de Amnistía general, para que tú, Leopoldo, Ledezma, los demás presos políticos
y exiliados puedan reunirse de nuevo con sus familias, junto al resto de
nuestros compatriotas, a celebrar el inicio de la reconstrucción de Venezuela.
¡Resiste hermano, que falta poco!
@EcarriB

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