Columna de Antonio Ecarri Bolívar
18 de octubre la única revolución
El historiador venezolano Manuel Caballero,
fallecido en mala hora para la República, en su análisis sobre la revolución de
octubre venezolana hace una aseveración que comparto: “en octubre hubo dos
procesos, una cosa es el 18 de octubre de 1945 y otra el trienio que se
inaugura al día siguiente hasta el 24 de noviembre de 1948”. Al explicar
los dos procesos se detiene en el día 18 para señalarlo como: “un
pronunciamiento militar clásico y esto lo avalan dos testimonios: uno es el
acta constitutiva de la Junta Revolucionaria de Gobierno donde se habla del
Ejército “que ejecutó” la revolución y el partido Acción Democrática que
“cooperó en ella”; la segunda, lo dicho por Betancourt en su libro Venezuela, Política y Petróleo: ´el
18 de octubre no fue producto de una bravía insurgencia popular, sino un
pronunciamiento militar clásico´.
Sin embargo, este pronunciamiento militar no era nada
“clásico” en Venezuela, porque es la primera vez en la historia que se
“pronuncia” un ejército regular, es decir, las Fuerzas Armadas Nacionales
creadas por Juan Vicente Gómez. Antes, solo ocurrieron alzamientos de
“generales y coroneles macheteros” y en esto coincidimos también con Caballero:
“El carácter histórico del 18 de Octubre de 1945 le viene dado también porque
la ´presentación en sociedad´ del partido político la hace su poderoso padrino,
el Ejército. El 18 de Octubre aparecen dos nuevos factores en la escena
política, el Ejército y el Partido”.
Caballero sigue diciendo: “el 19 de Octubre comienza
otra historia: uno, es la primera vez que un gobierno impuesto por los hombres
de armas sea presidio por un civil y que ese civil gobierne de verdad. Dos, el
tercer Decreto del nuevo gobierno prohíbe a los miembros de la Junta ser
candidatos en las elecciones que han de escoger al próximo Presidente de la
República, pero resulta que el único perjudicado con la medida es Rómulo
Betancourt”.
Aquí comienza entonces, según nuestro criterio, la
verdadera revolución: la que abre las puertas a la instauración de un gobierno
democrático con la pedagógica decisión señalada, pues por vez primera en
América Latina el jefe de una insurgencia armada va a convocar elecciones para
que sea otro el que gobierne, pero elegido por el pueblo.
El Estatuto Electoral que se redacta por iniciativa de
Betancourt y de su partido Acción Democrática es de tal trascendencia, que otro
eminente historiador como Germán Carrera Damas lo considera “el documento más
importante de la historia de Venezuela después del Acta de Independencia,
porque incorpora a la Nación la aplastante mayoría de los venezolanos que no
eran ciudadanos: las mujeres, los jóvenes y los analfabetas”.
Un detalle adicional - que no se nos debe escapar y es
de la mayor trascendencia - para contrastarlo con el autoritarismo de este
régimen: esa Junta de Gobierno que nace con el respaldo de las armas, su jefe
indiscutible y el partido único en el poder, consagran en ese Estatuto la
REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL DE LAS MINORÍAS para elegir a los constituyentes y
luego a los nuevos gobernantes y parlamentarios. Derecho éste que ha sido
negado, sistemática y abusivamente, por este gobierno que hoy
padecemos.
La Asamblea Constituyente elegida bajo la tutela de
ese Estatuto y las elecciones siguientes donde se enfrentan, en igualdad de
condiciones, diversos partidos y candidatos presidenciales marcan un parte
aguas en nuestra historia, pues el pueblo va a ejercer, por primera vez, su
soberanía conculcada desde siempre.
Además, todas las decisiones en materia de salud
pública, en educación de masas, de distribución de riqueza, de la constitución
de verdaderas instituciones con separación nítida de sus funciones instauradas
en el trienio de gobierno de AD, transformó la “insurgencia militar” en la
primera y única revolución de la historia de Venezuela, completada y
consolidada durante los cuarenta años que vivimos en democracia. Esos años,
denostados por el chavismo, que al decir del mismo Manuel Caballero representan
la etapa más longeva que Venezuela ha vivido en libertad, en paz y progreso
verdadero.
Lo demás… solo militarismo y chapucería, pues ni antes
ni después ha habido otra revolución.
@EcarriB

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