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miércoles, 15 de abril de 2015

COLUMNA DE HENRIQUE SALAS RÖMER MADURO ES EL COPILOTO

COLUMNA DE HENRIQUE SALAS RÖMER


MADURO ES EL COPILOTO

Todos conocemos la historia. La de ayer y la de hoy.
El ataque fue precedido por el ajusticiamiento de los pilotos. Luego, al mando de terroristas islámicos, los aviones, cargados de pasajeros y de gasolina, fueron estrellados contra las Torres Gemelas. El incidente segó la vida de más de tres mil seres, y reabrió el ánimo combativo del pueblo norteamericano.
Al igual que después de Pearl Harbor, EEUU declaró la guerra, solo que ahora lo hacía no contra un país sino contra el terrorismo.
Para la seguridad de la aviación comercial, puertas blindadas fueron instaladas para proteger las cabinas de mando. Si el capitán estaba a salvo, se pensó, también lo estarían la nave y los pasajeros.
Ya no se piensa igual. Luego de la tragedia en los Alpes franceses, se ha visto que un piloto suicida, protegido dentro de una cabina blindada, puede provocar las mismas consecuencias.
Nunca las analogías son perfectas, pero algo similar puede ocurrir cuando se entrega la más preciada nave, el país en que vivimos, a un Presidente dueño de todos los poderes.
Hugo Chávez, en un rapto suicida, decidió destruir nuestra economía y nuestras libertades. Y de paso, cegado por el poder que fue adquiriendo, se destruyó a sí mismo.
Ahora le ha tocado al copiloto.
Se dice que los venezolanos hemos sido demasiado pasivos. Pero ¿podrían haber hecho otra cosa que gritar los pasajeros del avión alemán al ver caer en picada la nave que los conducía?
Durante los últimos 15 años, la presidencia venezolana se ha ido blindando, haciendo imposible que los pasajeros, nosotros mismos, podamos tener acceso a la cabina de mando o contribuir a corregir el rumbo.
Seré presidente hasta el 2030 llegó a decir Hugo Chávez y Maduro, fiel idólatra de Stalin, quisiera lograr lo mismo, sin importarle un bledo la suerte de los pasajeros que, angustiados, ven por las ventanillas al país cayendo precipitadamente.
La popularidad de Hugo Chávez fue su primer blindaje; luego la guardia pretoriana que le brindó Fidel. Y cuando sobrevino el boom, el dinero a manos llenas fue utilizado para corromper a los principales factores de poder: El alto mando de la FAN, al gran capital, y con las misiones, también a los segmentos más pobres de la población. Además sirvieron los petrodólares para arrinconar diplomáticamente a EEUU, forjando una ancha alianza hemisférica en su contra.
Entretanto se ponía en marcha la etapa hegemónica. Primero para apoderarse o silenciar los medios de comunicación. Más tarde, para corromper a factores de la Oposición y, por “acuerdo unánime”, adoptar un sistema de votación que permitiría cambiar a distancia los resultados. Estudios recientes confirman lo que está demostrado a saciedad: que del referéndum revocatorio de 2004 a al presente, todos los resultados electorales han sido manipulados.
En los últimos años, se ha agregado la represión para blindar aún más la cabina de mando. Con “gas del bueno”, Hugo Chávez. Con armas de guerra, Nicolás Maduro.
A semejanza del copiloto alemán, Maduro, desde su cabina blindada, hoy conduce a un país a punto de caer en barrena. Su propósito: Destruir nuestras libertades, no importa que en el trayecto sobrevenga una hambruna.
Todos conocemos la historia. La de ayer y la de hoy.
¡Qué bueno que el blindaje se está derritiendo!

hsr.personal@gmail.com

@h_salasromer



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