COLUMNA
DE HENRIQUE SALAS RÖMER
MADURO ES EL COPILOTO
Todos conocemos la historia. La de ayer y la de
hoy.
El ataque fue precedido por el ajusticiamiento
de los pilotos. Luego, al mando de terroristas islámicos, los aviones, cargados
de pasajeros y de gasolina, fueron estrellados contra las Torres Gemelas. El
incidente segó la vida de más de tres mil seres, y reabrió el ánimo combativo
del pueblo norteamericano.
Al igual que después de Pearl Harbor, EEUU
declaró la guerra, solo que ahora lo hacía no contra un país sino contra el
terrorismo.
Para la seguridad de la aviación comercial,
puertas blindadas fueron instaladas para proteger las cabinas de mando. Si el
capitán estaba a salvo, se pensó, también lo estarían la nave y los pasajeros.
Ya no se piensa igual. Luego de la tragedia en
los Alpes franceses, se ha visto que un piloto suicida, protegido dentro de una
cabina blindada, puede provocar las mismas consecuencias.
Nunca las analogías son perfectas, pero algo
similar puede ocurrir cuando se entrega la más preciada nave, el país en que
vivimos, a un Presidente dueño de todos los poderes.
Hugo Chávez, en un rapto suicida, decidió
destruir nuestra economía y nuestras libertades. Y de paso, cegado por el poder
que fue adquiriendo, se destruyó a sí mismo.
Ahora le ha tocado al copiloto.
Se dice que los venezolanos hemos sido
demasiado pasivos. Pero ¿podrían haber hecho otra cosa que gritar los pasajeros
del avión alemán al ver caer en picada la nave que los conducía?
Durante los últimos 15 años, la presidencia
venezolana se ha ido blindando, haciendo imposible que los pasajeros, nosotros
mismos, podamos tener acceso a la cabina de mando o contribuir a corregir el
rumbo.
Seré presidente hasta el 2030 llegó a decir
Hugo Chávez y Maduro, fiel idólatra de Stalin, quisiera lograr lo mismo, sin
importarle un bledo la suerte de los pasajeros que, angustiados, ven por las
ventanillas al país cayendo precipitadamente.
La popularidad de Hugo Chávez fue su primer
blindaje; luego la guardia pretoriana que le brindó Fidel. Y cuando sobrevino
el boom, el dinero a manos llenas fue utilizado para corromper a los
principales factores de poder: El alto mando de la FAN, al gran capital, y con
las misiones, también a los segmentos más pobres de la población. Además
sirvieron los petrodólares para arrinconar diplomáticamente a EEUU, forjando
una ancha alianza hemisférica en su contra.
Entretanto se ponía en marcha la etapa
hegemónica. Primero para apoderarse o silenciar los medios de comunicación. Más
tarde, para corromper a factores de la Oposición y, por “acuerdo unánime”,
adoptar un sistema de votación que permitiría cambiar a distancia los
resultados. Estudios recientes confirman lo que está demostrado a saciedad: que
del referéndum revocatorio de 2004 a al presente, todos los resultados
electorales han sido manipulados.
En los últimos años, se ha agregado la
represión para blindar aún más la cabina de mando. Con “gas del bueno”, Hugo
Chávez. Con armas de guerra, Nicolás Maduro.
A semejanza del copiloto alemán, Maduro, desde
su cabina blindada, hoy conduce a un país a punto de caer en barrena. Su
propósito: Destruir nuestras libertades, no importa que en el trayecto
sobrevenga una hambruna.
Todos conocemos la historia. La de ayer y la de
hoy.
¡Qué bueno que el blindaje se está derritiendo!
hsr.personal@gmail.com
@h_salasromer
No hay comentarios:
Publicar un comentario