BASTA
DE COGOLLOS
por
Claudio Fermín
Venezuela
está en malas manos. Quienes toman las decisiones económicas han reducido al
país a la penosa situación de importar hasta papel sanitario. Cada día cierran
empresas y aumenta la incertidumbre. La administración de los servicios
públicos es de una precariedad vergonzosa: ciudades a oscuras, llenas de
basura, transporte público insuficiente y de pésima calidad.
Los
canales regulares no funcionan y los ciudadanos han tomado las calles para
demandar atención de los organismos públicos. La respuesta ha sido represión y
violencia por parte de las autoridades.
Todo
ese cuadro ha generado un intenso debate desde diversos frentes de la sociedad.
Gremios, sindicatos, asociaciones de productores, centros de estudiantes,
partidos políticos, empresarios organizados, páginas de opinión, ciudadanos en
la plaza pública, en todos esos escenarios los venezolanos discutimos nuestros
problemas y asomamos soluciones.
Sin
embargo, el sistema político que a golpes y porrazos se ha ido imponiendo en
Venezuela no permite que esas propuestas circulen entre las instituciones
encargadas de procesarlas y ponerlas en práctica. Estamos ante un gobierno
cerrado, blindado, que sólo se oye a sí mismo.
Ese
aislamiento oficialista coincide con un sistema de partidos también aislado de
las comunidades, de las fincas, de las fábricas y universidades, de los
sindicatos y los colegios profesionales. Tampoco los miles de activistas que
sirven de soporte a los partidos políticos tienen entrada al exclusivo círculo
de la toma de decisiones.
Un
reducido número de directivos de algunos partidos políticos se arreglan para
definir estrategias que han logrado posicionar ante la opinión pública como las
de “la oposición” y en la acera de enfrente cuatro o cinco militares que junto
con Maduro conducen el gobierno, se presentan como los albaceas del pensamiento
y obra de Chávez.
Esta
faja que le han impuesto al país esos dos pequeños anillos de poder mantiene
comprimidos mensajes, propuestas, soluciones y discursos a los que se les
dificulta llegar a los ciudadanos porque la cultura de la polarización los
penaliza.
De
un lado, se consideran antipatriotas los simpatizantes del chavismo que no se
rindan ante los antojos de la cúpula de Maduro. Del otro lado, a quienes están
en desacuerdo con los arreglos privados de tres o cuatro directivos de partidos
para colocar a sus allegados, se les difama como vendidos al gobierno o se les
acusa de divisionistas y culpables de derrotas por venir.
Este
sistema de chantajes para silencias las libres voces del pueblo ya no da para
más. Los cogollos están en evidencia. No sirven. Sólo han logrado distanciar a
los dirigentes de sus bases y ponerlos de rodilla ante los dueños de
postulaciones y otras prebendas. Es un sistema podrido con el que hay que
acabar.
Llamo
a los ciudadanos a reunirse en asambleas,
a congregarse en las plazas y manifestar sus preferencias, a consultarse
por diversos medios y establecer sus propias estrategias. Miles de activistas
de los partidos que hoy no son oídos deben hacer valer sus voces. Millones de
independientes deben hacerse presentes y hablar por Venezuela.
No
perdamos más tiempo y consultemos a los ciudadanos para postular a los
candidatos a diputados a la Asamblea Nacional que mañana como Diputados
defiendan y propongan las tesis que en las asambleas de ciudadanos, en las
universidades, en los sindicatos y en la calle se han venido discutiendo.
Defendamos al pueblo con sus propias voces y herramientas. ¡Ya basta de
cogollos!
@claudioefermin
Hay
que tratar a Venezuela con seriedad.
@claudioefermin
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