COLUMNA DE ANTONIO ECARRI BOLÍVAR.
Maduro o la vergüenza de igualar a dos López
Antonio Ecarri Bolívar
La confesión
más atroz, abyecta, infame y cuélguele usted cualquier otro epíteto agravioso,
ha sido la inaudita como sorpresiva propuesta de canje que ha hecho el
Presidente Maduro a los Estados Unidos: cambiar a un preso injusto por otro
preso de la misma condición. Me explico.
En verdad,
Oscar López Rivera – el López portorriqueño - sufre en los Estados Unidos una
prisión injusta y a nuestro López venezolano le pasa exactamente lo mismo. La
torpeza mayúscula de Maduro es el haber reconocido, frente al mundo, que los
dos son prisioneros que cargan sobre sus hombros el “delito” de ser solidarios
con sus respectivos pueblos. Así las cosas, Maduro acaba de igualar la
deleznable prisión del López portorriqueño con la del López venezolano, además
de incurrir en la confesión que Leopoldo López es un preso suyo y de nadie más
con la agravante de reconocer, igualmente, que el Poder Judicial venezolano
responde a su única y sola voluntad. Esto último lo sabíamos todos, pero esta
confesión ha sido de antología y raya con el cinismo.
Estoy en
total desacuerdo con los pitiyanquis de aquí, quienes se oponen a la
comparación bajo el argumento torpe y ridículo que Oscar López Rivera es un
terrorista, porque eso no es verdad. Oscar López Rivera es un patriota
portorriqueño que no ha sido acusado nunca de terrorismo, ni siquiera por sus
carceleros, sino sólo de “conspiración sediciosa”, que es la estúpida manera de
decir que aquel López piensa que Puerto Rico debe ser una cosa, mientras que la
potencia que lo priva de la libertad sostiene que la Isla debe ser otra.
El López de
Puerto Rico entró en la cárcel en plena juventud. Como lo dice su paisana y
activista por los derechos humanos Maira Montero: “Vivieron y murieron
gobernadores. Se impusieron y languidecieron modas. Surgieron y se acabaron
programas de televisión, novelas o comedias. Triunfaron y fueron olvidados
cantantes, músicos, vedettes. Aparecieron las computadoras. Irrumpió el
celular. Se construyeron autopistas y urbanizaciones. Nacieron y murieron
abatidos muchos jóvenes. Cuántas cosas no han pasado en 32 años. Y este hombre
en la celda por… ¡conspiración sediciosa!. Oscar López, irónicamente, combatió en
Vietnam bajo la bandera de la misma nación que, por sus ideas y nada más por
ellas, le ha tirado encima 78 años de cárcel. Teóricamente, le quedarían por
cumplir cuarenta y pico”.
Entonces,
Maduro, date cuenta de tu ingenuo como terrible error al proponer el canje de
estos dos López, pues estás admitiendo que ambos están igualados por la
injusticia y la arbitrariedad de dos gobiernos hipócritas, que exigen libertad
de presos políticos cuando mantienen otros en sus cárceles. Con la agravante
para ti, que los gringos te responden que esa es una decisión judicial que para
nada puede ser influida por la decisión de su poder ejecutivo, mientras tú
confiesas estar en la disposición de tomar en tus manos la decisión de liberar
a un compatriota para enviarlo al exilio, como parece ser el desiderátum de tu
absurda como deleznable propuesta.
En
conclusión y por nuestra parte, debemos decir que no debemos imitar la conducta
de algunos portorriqueños que han dejado solo y en el ostracismo a su
compatriota aherrojado en las mazmorras gringas, porque al decir de Curzio
Malaparte no debemos asumir con nuestros presos la indiferencia o el maltrato,
que no es otra cosa sino: “el valor que caracteriza a los cobardes, pues es el
único mérito que tienen los siervos para gozar, ellos también, del derecho a la
libertad”.
En
consecuencia, Maduro, libertad incondicional para Leopoldo López es lo que
exige Venezuela entera, igual como todo Puerto Rico espera la libertad para su
López borinqueño.
@EcarriB
No hay comentarios:
Publicar un comentario