¿QUÉ PASÓ CON EL PODER
CIUDADANO?
En teoría, el mandato de la fiscal Luisa Ortega, la defensora
Gabriela Ramírez y el contralor Clodosbaldo Russián (suplido desde su muerte en
2011 por Adelina González) terminaría el 7 de diciembre próximo, pero todo
indica que la renovación del Poder Ciudadano, al igual que el Judicial y el
Electoral, no se hará de acuerdo con el mandato constitucional sino de acuerdo
con los tiempos políticos del partido de gobierno. La Constitución establece
que la renovación de los 3 altos funcionarios, estará a cargo de un comité de
evaluación de postulaciones de la sociedad civil que será convocado 60 días
antes del vencimiento de los períodos respectivos; en este caso debió
convocarse a comienzos de octubre. Ese comité recibe las credenciales de los
aspirantes, preselecciona y envía una lista a la Asamblea Nacional para que
esta escoja a los más aptos, con el voto de las dos terceras partes de sus
integrantes. La carta magna estipula también que si el Consejo Moral no convoca
al comité, corresponderá a la Asamblea hacer la designación; y que si no se
logra acuerdo en el Parlamento, la lista de candidatos se somete a referéndum
popular. La Ley Orgánica del Poder Ciudadano (artículo 23) precisa que en caso
de que no se hubiera convocado al comité de postulaciones, “la Asamblea
Nacional procederá a la designación de los titulares de los órganos del Poder
Ciudadano en un tiempo no mayor de treinta (30) días continuos”. Más allá del
tiempo máximo para hacer los nombramientos, ni la ley ni la carta magna
explican el mecanismo para la escogencia en el Parlamento por lo que
corresponderá a la junta directiva, en manos del PSUV, establecer las normas
que lo regirán. ¡En pocas palabras: Sabrá Pepe!
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