EL EJEMPLO DE MANDELA.
Ningún preso
político de este planeta ha sido sometido a las condiciones en la que el líder
surafricano Nelson Mandela sufrió su prisión. En esa celda, Mandela entendió a
lo largo de los años en cautiverio, que a pesar de estar detenido injustamente,
él tenía la razón y que su lucha tarde o temprano sería reivindicada,
preparándose entonces para ese momento. Al salir, predicó la paz y promovió la
reconciliación nacional, fue bondadoso con sus perseguidores y le dio a su país
un nuevo impulso hacia la unidad como nación sin distingo del color de piel.
Grande es ese ejemplo de Mandela. Al mirar los rostros de algunos detenidos en
algunos países del trópico, uno observa odio, ansias de revancha y sectarismo.
Qué difícil será entonces reconstruir un país.
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