COLUMNA DE ANTONIO ECARRI BOLÍVAR.
La impertinencia de la Constituyente
Antonio Ecarri Bolívar
Si los países desarrollados se cuidan de estar cambiando sus Cartas
fundamentales, mientras los países más atrasados son los que se empeñan en
estar promoviendo reformas constitucionales con frecuencia, deberíamos
entonces preguntarnos: ¿por qué ocurren estas conductas paralelas y
contradictorias entre unos y otros? La respuesta es de Perogrullo, sin embargo
vale la pena detenernos un poco para analizar esas conductas, habida cuenta de
un empeño, digno de mejor causa, que ha empezado a circular profusamente en las
redes sociales, donde algunos “iluminados” de buena o mala fe, andan
promoviendo esta peregrina idea.
Los
venezolanos hemos promulgado la bicoca de 26 constituciones en dos siglos y más
de 92 actos de reformas y enmiendas a esas constituciones, mientras los Estados
Unidos han mantenido desde el 17 de septiembre de 1787 una sola constitución y
le han hecho 27 enmiendas, pero fíjense que la han hecho durante dos siglos y
medio. En efecto, produjeron once enmiendas en el siglo 18, sólo cuatro en el
siglo 19 y doce en el siglo 20. Cuatro enmiendas, que fueron intentadas el
siglo pasado, no pasaron por el filtro de la aprobación de los estados y se
quedaron en el tintero. ¿Alguien pude dudar de la fortaleza y la estabilidad de
las instituciones norteamericanas? Ojalá pudiéramos decir lo mismo de las
nuestras.
La
más longeva de nuestras Constituciones fue la aprobada en el año 1.961, votada
por la unanimidad de las fuerzas políticas que participaban en nuestro recién
estrenado parlamento democrático. Por ella votó hasta el Partido comunista que
para el momento, contradictoria y paradójicamente, estaba haciendo planes para
subvertirla con la descocada idea de la lucha armada contra la naciente
democracia… pero, la aprobó.
Para garantizar la durabilidad de una Constitución es necesario reunir un
gran consenso a su alrededor, porque hacer como el chavismo en el año 99 para
imponer la Carta Magna a una mayoría que no la votó es un dislate. En efecto,
el año 1999 cuando se promulgó la actual Constitución se abstuvo más del 80% de
los electores y salieron electos a la Constituyente sólo cinco diputados de la
oposición, por un truculento procedimiento que permitió arrasar al oficialismo.
Sin embargo, esa misma Constitución que promulgó casi unilateralmente el
oficialismo era de un contenido fundamentalmente democrático, pero al querer
acelerar la absurda idea del socialismo del siglo XXI les pareció insuficiente
y fue cuando impulsaron, desde el gobierno, un referéndum para su
desconocimiento e impulsar otra que nos condujera hacia ese absurdo como
fracasado sistema de gobierno.
El pueblo convocado a esos comicios derrotó al gobierno, negó la reforma
constitucional y a partir de ese instante se convirtió en una Constitución de
las grandes mayorías nacionales, que hoy la respaldan y denuncian sus
constantes violaciones. Entonces, si hicimos nuestra, los demócratas, esa
Constitución al negarnos a su reforma ¿a cuento de qué razones vamos ahora a
convocar a una Constituyente para su reforma? Y si por suerte de birlibirloque
perdemos esa elección ¿a dónde se enrumbará Venezuela de manos de estos mismos
destructores que nos desgobiernan? El riesgo es inmenso e innecesario.
Ahora bien, si alguien en su sano juicio cree que se va a un proceso
constituyente para imponer un modelo distinto de Estado, a imagen y semejanza
del pensamiento más conservador de la nación, para imponerlo no sólo al sector que
hoy respalda a este gobierno, sino a ese otro sector mayoritario de venezolanos
que no creemos en soluciones de extrema derecha neoliberal, pues entonces sí es
verdad que los que propugnan esa idea se van a quedar con los crespos hechos
esperando un respaldo que nunca vendrá.
@EcarriB
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