“COMPLEJO DEL TULIPÁN”
Marcos Meléndez
En el Municipio San Diego del Estado
Carabobo, en el límite entre el final de la Av. Julio Centeno y el distribuidor
de la variante “Bárbula-San Diego” se creó a finales de la década pasada un
complejo habitacional llamado “Los Tulipanes”. Este importante conjunto agrupa
un buen número de edificios con apartamentos de entre 65 y 75 Mts2 en los que
muchos profesionales y parejas jóvenes vieron la oportunidad de adquirir por la
vía de créditos hipotecarios o préstamos del fondo de política habitacional, un
lugar digno para vivir. Tengo la dicha de tener como amigos en esa zona, a una
pareja de educadores, una pareja de administradores y otra de ingenieros
civiles; que, aún sin hijos escogieron ese lugar como su hogar para desde allí
ir creciendo como familia.
Muchas de las personas se mudaron con la
promesa de que a pesar de ser apartamentos muy pequeños, estarían “muy bien
ubicados” en un municipio considerado como seguro y fue así como estas parejas
–muchos de ellos recién casados- dejaron a sus padres y sus familias de origen
en zonas populares como San Blas, Parque Valencia, La Isabelica, Los Guayos
etc., para “progresar” en un nuevo complejo urbanístico.
Estas parejas jóvenes lograron mudarse,
porque pudieron contar con beneficios como la eliminación de los créditos
indexados (aquellos donde la banca cobraba intereses sobre los intereses del
préstamo, haciéndolo impagable) y la eliminación del famoso “secret” donde
alguien que alguna vez tuvo problemas con el pago de alguna tarjeta de crédito,
tuviera el derecho a una segunda oportunidad. Beneficios éstos, dados con y por
el Gobierno Bolivariano que defendió (y defiende) a los ahorristas y a los
usuarios de servicios crediticios de la tortura de la famosa “cuota balón” que
era tan grande como el crédito en sí mismo, a partir de los intereses
calculados sobre los ya pagados o por pagar.
No contaban estos jóvenes pioneros con el
hecho de que el municipio donde habitan, estuviera gobernado por un sujeto con
altos niveles de peligrosidad en su accionar político, o, que tendrían de
vecinos a un grupo de veinte o treinta personas (en un complejo donde viven
varios centenares) que a las primeras de cambio, decidirían arrancar las tapas
de las alcantarillas y quemar la basura que su Alcalde no recoge, con el fin de
secuestrar a sus propios vecinos porque, según ellos, sus líderes Leopoldo
López y María Corina Machado, los convencieron de que era esa la mejor vía para
salir del gobierno que les otorgó la inamovilidad laboral para las parejas que
traen al mundo un hijo (a) que les permiten (a muchos) mantener sus puestos de
trabajo, o los beneficios hipotecarios que reciben de la banca porque el
Gobierno Bolivariano les obligó a otorgarlos. Esta treintena de personas,
mantiene un toque de queda y una suspensión de las garantías constitucionales a
sus vecinos, que soportan esta situación sin que el Alcalde Enzo Escarano, por
el cual votaron para que fuese la instancia más cercana en garantizarles esos
derechos, haga nada por hacerlos respetar.
La situación descrita es profundamente grave.
Pero más grave aún, es el hecho de que esta treintena de residentes de Los
Tulipanes hayan olvidado sus orígenes humildes y el carácter residencial para
gente trabajadora del sitio donde viven, en aras de parecerse a los vecinos de
Caurimare, Terrazas del Club Hípico o Las Mercedes en Caracas y así sentirse
“socialmente homologados” a pesar de que sus hermosos pero pequeños
apartamentos de 70Mts2 les griten que su vida no se parece en nada a la de
María Corina con sus grandes riquezas económicas que le permiten aparecer en
televisión mandando a cerrar las calles sin cerrar la de ella donde sí hay
acceso de entrada y salida. Tampoco podrán parecerse a Leopoldo López que está
en secreto profundamente agradecido de que el gobierno lo tenga bien
resguardado en Ramoverde evitando que la verdadera dirigencia opositora que
opera desde el extranjero atentara contra su vida para convertirlo en mártir y
generar una guerra civil.
Los vecinos de la Urbanización Los Tulipanes
que cierran las calles, ponen en jaque a sus compañeros de comunidad, para
defender los intereses de las familias que crearon la cuota balón, de los que
están esperando la eliminación de la inamovilidad para ponerlos de patitas en
la calle y un cambio de gobierno para desalojar a todo el que se atrase con
tres cuotas del apartamento que con tanto esfuerzo vienen pagando.
Quiero arbitrariamente llamar a ese complejo
de haraquiri político “complejo del tulipán” en honor a la urbanización citada;
pero, Tulipán es un complejo que se repite en varias urbanizaciones de gente de
orígenes populares que pasaron a la mal llamada clase media y que ahora en honor a una homologación
social imaginaria, defienden los intereses de quienes los han agredido desde la
sombra siempre.
@marcosmelendezm
marcosleonardove@yahoo.com
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