Producciones El Monje de Camoruco

Producciones El Monje de Camoruco
Publicidad, asesorías, manejo de redes, asistencia virtual, información, opinión, variedades y otros.

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD
Lay Yin China Bistró #AlgoMásQueUnRestaurant Con el orgullo y el prestigio de la Familia Chang.

jueves, 14 de noviembre de 2013

COLUMNA DE CELIO CELLI. UMBRAL XXI Arrebatón

COLUMNA DE CELIO CELLI.


UMBRAL XXI
Arrebatón

Celio Celli G.

I

A los venezolanos se nos ha tenido como un pueblo luchador, bregador. Desde la misma lucha por la independencia, liderizada por Bolivar y otros preclaros hombres y mujeres, nuestro pueblo se mostró combativo, organizado, aguerrido e identificado con las causas justas. No solo participó en nuestra independencia si no que lo hizo por la de otras naciones o países en Suramérica.

Igual conducta libertaria, independentista y democrática mostró nuestro pueblo al enfrentar dictaduras como la de Juan Vicente Gómez o Marcos Pérez Jiménez. Nuestro tejido social, conformado por una multiplicidad de razas fue conformándose como pueblo con vocación democrática, con principios y valores entre los que destaca la solidaridad, acompañada por el estudio o capacitación y el trabajo.

II

Desafortunadamente, en los últimos años hemos sufrido una perniciosa metamorfosis, nuestro principios y valores han cambiado y hoy ya no somos, al menos muchos, solidarios ni vemos en la capacitación personal, el aprendizaje de un oficio útil, y el trabajo la forma de prosperar y mejorar individualmente o colectivamente.

Hemos cambiado la cultura del trabajo por la cultura del arrebatón. Me explico, en mi juventud, nuestros padres y adultos cercanos nos inculcaron un principio: estudiar, capacitarnos o aprender un oficio útil, ser por ejemplo, profesional o aprender carpintería, o ser un  buen mecánico o tornero, para luego, ejerciendo ese oficio con dedicación y probidad ganarnos lo necesario y  suficiente para obtener lo que aspiráramos en cuanto a calidad de vida, alcanzábamos  de esta manera  reconocimiento y respeto en la sociedad.

Antes si deseábamos un celular por ejemplo, razonábamos voy a trabajar unas horas extras para comprármelo, hoy, dolorosamente muchos no piensan así, contrariamente,  salen y se lo arrebatan a quien primero se consigan  por vía de la violencia. Lo mismo podemos decir de un carro, un reloj o una prenda cualquiera. Pues bien, como decía cambiamos el trabajo por el arrebatón.

Ya no existe apego por los precitados valores, tampoco por la solidaridad, recuerdo con nostalgia cuando en nuestro vecindario de la calle Comercio de Valencia,  si alguno de los vecinos tenía una necesidad u estaba enfermo, ver a todas las familias de la cuadra estar pendientes. Quien podía llevaba alguna medicina, algún alimento o jugo de frutas. Había en síntesis espíritu solidario, de apoyo ante la adversidad. Hoy eso poco se nota. Basta salir a la calle para ver el irrespeto, la agresividad, la crispación con que se encuentra. Nadie respeta las normas de transito ni le da paso a nadie. Si se descuida  lo atropellan sin más ni más.

III

Nos han desdibujado como pueblo, como nación.  Se nos ha dividido habilidosamente, insuflándonos agresividad y hasta odio entre hermanos, se han promovido campañas dirigidas al subconsciente para que nos veamos como enemigos y no como habitantes de un solo país. Pero no todo está perdido, hay razones para tener esperanza, desde este Umbral digo responsablemente que hay un país por despertar, con probadas reservas morales y éticas que posibilitarán los cambios anhelados por la inmensa mayoría. Nos leemos la próxima semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

mdc