COLUMNA DE HECTOR AGÜERO:
Ojo
pelao con las maniobras electorales.
A
escasos dos meses de las elecciones municipales las maquinarias electorales
giran aún a media máquina y esperan el mes de noviembre para lanzarse con todos
los hierros emulando a los corredores de fondo que aceleran la marcha en los
último cien metros y gana aquel que logra encontrar un segundo aliento.
El
venezolano centra su interés en
participar en las contiendas electorales como una manera de elevar su
calidad de vida. Es una conquista social que defiende a cualquier precio. Esta
conducta colectiva la entendió y la asumió con mucha lucidez el Gigante Chávez
desde 1994 y la continuó sin abandonarla en esos cuatro años que duró el
recorrido que emprendió por toda la geografía nacional, periplo en el cual transmitió y proyectó toda su energía y su
carisma al Pueblo en una intensa agenda que incluyó convocatoria, reuniones,
asambleas y contacto directo con miles de venezolanos, de forma personal,
telefónica y epistolar. Doy testimonio de gente sin militancia política que
nunca había visto al Comandante Chávez
se incorporaron a Quinta
República tras recibir una llamada y conversar con el Líder Supremo. Esta referencia
sirve para medir el grado de atracción que suscitaba Chávez en la gente.
Entendemos ahora, después de su partida, que no exageramos cuando lo
reconocemos como un líder mundial que restituyó la dignidad no solo continental
sino planetaria de nuestro país, de la Patria Grande. La consigna de esos días
lo resumía todo: Chávez un sentimiento nacional.
Hoy
inmersos en la contienda electoral asumimos simultáneamente el desafío
electoral y las inaplazables tareas de Estado como corresponde a la fuerza
mayoritaria que representamos desde
diciembre de 1998 al obtener Chávez el triunfo mayoritario en esas elecciones
presidenciales. La cuestión es que no
podemos separar los eventos electorales del ejercicio gubernamental. La
continuidad del proceso revolucionario depende de que entendamos y practiquemos
estos quehaceres bajo una sola óptica. Las intenciones de los opositores es
jugar a la división del movimiento revolucionario. No es gratuito que una de
esas cajas de resonancia mediática de afuera como lo es el Nuevo Herald editado en el estado de La Florida,
fabriquen y publiquen una encuesta a
partir de la retorcida pregunta de: ¿Cree que Nicolás Maduro acabará con la
revolución bolivariana de Venezuela?. El
75% contestó que sí y solo el 25% de un universo de 2.574 habitantes de la ciudad de Miami, cuna de la
derecha más retrograda, respondieron que no. Como se darán cuenta la estrategia
pensada por la derecha para las
venideras elecciones es buscar separar las fuerzas patriotas. Hacer creer al
elector o a la electora venezolana que el gobierno anda por su lado y la
revolución por otro. Nada más falso. Que no se equivoquen. Tenemos que hacer
hincapié en denunciar y desenmascarar estas maniobras fabricadas por los
laboratorios de guerra sucia donde los gorilas, allende las fronteras, tipo
Uribe y el inefable Rondón son los primeros enredadores y tirapiedras y son
comparsas del Partido amarillo, el abanderado de la corrupción en Venezuela.
Nos
interesa el proceso electoral de diciembre y en ello hemos puesto los mejores
esfuerzos de nuestros cuadros, de nuestros patrulleros, de nuestros y nuestras
militantes, camaradas y compañeros, aliados del Gran Polo Patriótico, para garantizar y asegurar la victoria del
Pueblo. Nos interesa defender la política revolucionaria aplicada desde el
sector oficial. En consecuencia somos solidarios, hoy más que nunca, con el
equipo de gobierno que preside el camarada Nicolás Maduro Moros, con las
medidas que asume cada día para enfrentar la criminal escasez de productos
básicos que ha urdido la derecha
antipueblo.
Esa
debe ser nuestra firme posición como revolucionarios antes y después del
proceso electoral de diciembre venidero.
Héctor
Agüero

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