COLUMNA DE
CELIO CELLI.
Umbral XXI
VALENCIA… INCERTIDUMBRE
Celio Celli G.
I
Sería una subjetividad pensar
y, de allí afirmar, que nuestra a amada Valencia desde su fundación la
persigue la incertidumbre. El evento
fundacional según la historiografía sigue en brazos de la indefinición y en consecuencia este acto histórico lo comparten el Capitán Vicente Díaz, organizador del
primer asentamiento poblado y Alonso Díaz Moreno, responsable
del gobierno español para ejecutar
el plan colonizador.
A esa se suma la incertidumbre
que cubre la fecha de la fundación,
siendo la más aceptada por las distintas
generaciones el 25 de marzo del año
1555. Su referencia demográfica la registra con una superficie de 623 kilómetros cuadrados y una población de 829 mil 856 habitantes, según el censo de
2011, realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas. Dos años después
un nuevo estudio de este ente oficial
efectuado en julio de 2013 determinó que
en Valencia están domiciliadas 1
millón 499. 025 personas y en
toda el área metropolitana
conformada por la población de los municipios Valencia, Naguanagua, San Diego, Los Guayos y
Libertador, conviven más de 2 millones
seres humanos., quienes en el día a día, comparten sueños, alegrías
y penas, propias de una gran ciudad desguarnecida e indefensa.
II
A la par de las incertidumbres sin resolver ha crecido de
manera exponencial junto a la población, su vulnerabilidad, figurando hoy entre
las primeras ciudades con mayor indefensión
en Venezuela, después de la Gran
Caracas y Maracaibo.
Valencia luego que en la era
democrática vivida en el país alcanzó
la jerarquía de la industria manufacturera
y Carabobo como el Estado industrial, en
los últimos 16 años los gobiernos de
turno, acabaron su progreso, y de la Valencia Señorial e Industrial, queda muy poco porque la incapacidad y la desidia la
convirtieron en la Valencia Vulnerable.
La planificación
previsiva está ausente y de manera impactante y nociva en las áreas
sociales como el desempleo, vivienda,
salud pública, alimentación y seguridad, que se encuentran en
niveles críticos, a un paso del
caos como ya lo están el transporte, el aseo urbano y la seguridad. La
concurrencia de todas
nos ha convertido en una ciudad
débil que pide a gritos la atención de
quienes la habitamos y en forma puntual
la acción de los gobernantes.
III
La desidia oficial ha sido tan
evidente que han olvidado cumplir con el
deber constitucional, que a partir del
Artículo 55 ordena textualmente a los
mandatarios que: “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del
Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por la ley,
frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la
integridad física de las personas, sus
propiedades y el disfrute de sus derechos”.
Por la no observancia de la
normativa constitucional y la indolencia
del ente gubernamental, la vulnerabilidad
se generaliza enfermando el cuerpo social: El agua por ejemplo, un bien natural imprescindible
para la existencia, sufre grave contaminación, se suma a los apagones y
estos al caos en el transporte colectivo y los efectos de esa suma de males, nos vuelven tan débiles que
la lluvia más simple, derriba árboles, inunda las
calles y avenidas por la obstrucción
de los drenajes, así con ese
ritmo negativo nos vamos quedando sin calidad de vida. La próxima elección de
un Alcalde es oportuna para que Valencia despierte, antes que sea tarde. Por
nuestra parte trataremos de obtener las propuestas de los candidatos Miguel
Cochiolla y Miguel flores para difundirlas por este medio.
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